Al menos 90 muertos por alud en mina de jade en Birmania
Al menos 90 personas murieron por una avalancha de tierra en una mina de jade en el noreste de Birmania.
El alud sepultó chozas precarias donde dormían los mineros, según el sitio en internet Democratic Voice of Burma.
Entre las víctimas también hay residentes locales que escarbaban en laderas abandonadas por las compañías mineras con la esperanza de hallar algún fragmento de jade.
La avalancha tuvo lugar en la madrugada de este domingo en la localidad de Hpakant, en el estado Kachin, a más de 1.000 kilómetros al norte de la antigua capital, Rangún.
El estado, conocido por las minas de jade, también es escenario de combates entre el ejército y la minoría kachin.
Birmania es el mayor productor de jadeíta, una codiciada variedad de jade.
Columna de tierra y desechos
Cerca de 70 chozas fueron sepultadas por una columna de decenas de metros de tierra y desechos, según informes locales.
La Cruz Roja, el ejército y habitantes del lugar intentan rescatar sobrevivientes de la montaña de barro.
«Sólo escaparon de la avalancha cinco cabañas. Puede que haya un centenar de muertos», afirmó un residente, según el diario oficial Global New Light of Myanmar.
«Nadie sabe cuántas personas vivían en esas chozas», afirmó por su parte un funcionario local a la agencia AFP.
No está claro qué causó el colapso.
Comercio ilegal y millonario
Global Witness, una ONG con sede en Londres que monitorea la explotación de poblaciones locales en países ricos en recursos naturales, denunció en octubre las condiciones precarias en que viven los mineros de jade en Birmania.
Las minas, según el informe de la ONG, son en muchos casos propiedad de narcotraficantes, generales de la antigua junta militar que gobernó el país durante décadas o señores de la guerra.
Global Witness asegura que el comercio de jade alcanza unos US$31.000 millones, la mitad del Producto Interior Bruto de Birmania.
Sin embargo, las cifras oficiales son mucho menores debido a la falta de transparencia del tráfico de jade.
El informe asegura que una parte significativa del mineral se vende ilegalmente a China, donde es considerado un símbolo de estatus.
La ONG denunció que muchos trabajadores en las minas usan drogas para aguantar las condiciones deplorables de trabajo y acaban convirtiéndose en adictos a metanfetaminas y otras sustancias.
La producción de jade también está contaminando tierras y ríos, según la ONG.
Birmania fue gobernada por juntas militares desde 1962 y en 2011 el país inició un proceso de reformas económicas y políticas.
El partido de oposición liderado por la Premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, ganó las elecciones del 8 de noviembre.
Suu Kyi se comprometió a trabajar para garantizar la sostenibilidad de la explotación de los recursos naturales de Birmania, un país rico en gas natural, bosques y piedras preciosas como rubíes o jade.
Categorías:
Áreas Temáticas:
Deja una respuesta