Página Siete • Glencore oferta las minas que opera en Bolivia y en la región
Illapa participa en las minas Porco y Bolívar a través de un contrato de asociación con la Comibol. Glencore mantiene un arbitraje por la mina Colquiri.
Por: Página Siete
La compañía Glencore decidió poner en oferta desde noviembre del año pasado sus operaciones mineras en Bolivia, aunque esta decisión también abarca los proyectos en otros países, según reportaron medios internacionales.
Hace un mes el portal de S&PGlobal y otros medios internacionales informaron que el gigante de la minería recurrió a BMO Capital Markets para organizar la venta o explorar asociaciones para los activos, que se encuentran en el llamado cinturón plateado en la región de los Andes y se agrupan en un solo paquete.
Los reportes señalan que la oferta incluye la mina de zinc-plomo-plata Aguilar en Argentina, las minas de zinc-plomo-plata Sinchi Wayra e Illapa en Bolivia, la unidad Empresa Minera Los Quenuales SA de Glencore en Perú y una participación en una cartera de exploración colombiana.
Su presencia en Bolivia
La suiza Glencore participa en la actividad minera del país a través de la Sociedad Minera Illapa SA. Opera las minas Bolívar donde produce zinc, concentrados de plomo y plata, y Porco en la que se producen zinc, plomo y estaño. A su vez Sinchi Wayra participa en algunas minas como Soracaya y Colquechaquita.
En 2013 la compañía y la Corporación Minera de Bolivia (Comibol) suscribieron un contrato de asociación para la prospección, exploración, explotación, beneficio y comercialización de concentrados de minerales por 15 años. La firma extranjera se comprometió entonces a invertir 723 millones de bolivianos (104 millones de dólares) en las minas Bolívar y Porco.
Dionisio Garzón, exministro de Minería, explicó que el portafolio de Glencore en Bolivia es importante, pero está compuesto de viejas minas como Porco y Bolívar.
Añadió que la actividad principal de la firma en Bolivia es la comercialización de concentrados de zinc-plata, plomo-plata, zinc-estaño, con destino a los consumidores intermedios (fundidoras) y finales de ultramar. En este campo, dijo, se disputan el mercado con la comercializadora Trafigura de base en Lima, Perú.
En criterio de Garzón, si Glencore se va del país sería un precedente muy negativo. “Esto por la imagen de inestabilidad e informalidad que ya de hecho tiene nuestro país desde hace décadas. Glencore no es una gran productora minera, pero genera el principal mercado de comercialización de minerales concentrados y/o metálicos en el país. Desde luego estamos dando una pésima imagen como país”, manifestó la exautoridad.
Sin embargo, indicó que si se considera el nivel de conflictividad que tiene en sus minas propias y en aquellas de sus asociados Comibol, Illapa y Sinchy Huayra, es muy difícil que su portafolio pueda interesar a algún inversionista serio.
Alfredo Zaconeta, investigador del Cedla, explicó que puede que exista interés de inversionistas sobre todo por el zinc, pero en el caso de Sinchi Wayra y sus operaciones, varias de ellas tienen relación directa por contratos con el Estado, a través de la Comibol; por lo mismo, cualquier compra o transferencia debe tener participación del Estado.
Además, debe considerarse que, al momento, Glencore tiene pendiente un arbitraje con el Estado boliviano por las nacionalizaciones de Vinto y Colquiri. Este litigio sigue pendiente, dijo.
Aseguró que si existe una transferencia, la nueva empresa deberá cumplir las normas estipuladas en la CPE, la Ley 535 y otras. “La producción conjunta de Sinchi Wayra e Illapa coloca a la transnacional Glencore como la segunda productora de zinc en Bolivia, después de San Cristóbal”, puntualizó.
Colquiri, que hasta 1999 era de Comibol, pasó a manos de Comsur, empresa de Gonzalo Sánchez de Lozada que en 2005 la transfirió a Glencore.
En el sector hidrocarburos, Petrobras busca dejar gasoducto
A finales de diciembre de 2020 la estatal brasileña Petrobras anunció la venta de sus acciones en la empresa que opera el gasoducto tendido entre Bolivia y Brasil, incluido en el marco de su programa de desinversiones.
“Esa operación está alineada a la estrategia de optimización del portafolio y a la mejoría de aplicación del capital de la compañía, que pasa a concentrar sus recursos en activos en aguas profundas y ultraprofundas, en las que Petrobras tiene desde hace años un gran diferencial competitivo”, explicó la empresa en un comunicado, según EFE.
Además del 51% de las acciones que posee en la Transportadora Brasileiña Gasoducto Bolivia-Brasil (TBG), Petrobras también informó que prepara la venta del 25% de participación que mantiene en la Transportadora Sulbrasileira de Gás SA (TSB), que opera una red de gasoductos en el sur del país.
El gasoducto entre Bolivia y Brasil está en operaciones desde 1999. Discurre a lo largo de 2.593 kilómetros y tiene capacidad para transportar hasta 30 millones de metros cúbicos del combustible por día.
Es uno de los principales canales de abastecimiento de gas para el estado de Sao Paulo, el más industrializado y próspero del país, aunque la dependencia del combustible boliviano ha caído en los últimos años, en buena medida gracias a inversiones de la propia Petrobras.