Según el Ejecutivo, se trabaja en una estrategia orientada a sembrar papa en sectores no tradicionales, como Tarija y Santa Cruz.
El ministro de Desarrollo Rural y Tierras, César Cocarico, informó ayer que la producción de papa en los primeros meses del año registró un déficit del 15% con respecto al mismo periodo de 2016.
«Debido a los efectos de la sequía que experimentamos desde el año pasado hasta enero, se ha producido un déficit en la producción de papa de alrededor del 15% con relación a la temporada pasada”, explicó.
De acuerdo con la autoridad, el año pasado se logró producir 60.000 toneladas del tubérculo, sobre todo en el altiplano y en los valles interandinos, regiones que fueron fuertemente afectadas por la falta de lluvias registrada el año pasado.
«La papa se siembra en septiembre, octubre, hasta noviembre. Germina en diciembre y ahí es donde los frutos van desarrollándose. Pero si no hubo agua el resultado es poco fruto en la planta, lo que explica ahora su déficit”, aclaró.
Cocarico señaló que se trabaja en una estrategia orientada a sembrar el producto en sectores no tradicionales, como Tarija y Santa Cruz.
«Este abril ya tenemos que sembrar, por eso estamos aprobando presupuesto que seguramente les haremos conocer, para que abril, mayo, hasta septiembre podamos sembrar en sectores no tradicionales para que no falte papa”, remarcó.
La entidad descentralizada Soberanía Alimentaria, del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras, invirtió el año pasado más de 76 millones de bolivianos para garantizar la producción de papa en el país.
En el país, datos del INE dan cuenta que el consumo per cápita anual de papa es de 95 kilos.
Sequía
Entre abril y octubre del año pasado Bolivia importó alimentos como arroz, maíz, tomate, papa y cebolla debido a los efectos de la sequía sobre la producción natural.
De acuerdo con datos del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras, el año pasado hubo un déficit de 26.162 toneladas de papa entre la oferta, que alcanzó a 995.453 toneladas, y la demanda, que llegó a 1.021.615 toneladas.
En el caso de la cebolla, la merma fue de 1.805 toneladas, ya que la oferta fue de 80.443 toneladas y la demanda, 82.248 toneladas.
En el tomate, la oferta total sumó 61.790 toneladas y el requerimiento 62.362 toneladas, es decir 572 toneladas de diferencia.
Por otra parte, los alimentos que más sintieron la falta de agua fueron el maíz y el arroz, con un déficit de 109.980 y 13.252 toneladas, respectivamente, señalan los reportes oficiales.
Una parte de la merma se compensó con el stock que había en Emapa, sin embargo, no fue suficiente para cubrir el requerimiento del mercado interno.
Esta disminución de la producción de alimentos obligó a las autoridades a autorizar la importación de maíz y de otros productos como la papa y el tomate.
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