Mirando la patria • CEDLA: la soberanía alimentaria en Bolivia queda en el discurso del Gobierno
Gladys Quisbert Carvajal
La Paz, 6 Ene (Erbol).- Enrique Ormachea, investigador del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral (CEDLA), aseguró que la soberanía alimentaria en el país queda en un “simple discurso” por parte del partido de gobierno.
“No se puede hablar de soberanía alimentaria porque el pequeño productor campesino consume productos importados. Si bien la producción agrícola capitalista, caracterizada en el oriente boliviano, es superior en términos de productividad a la pequeña producción parcelaria de las comunidades campesinas, esta queda reducida respecto a los volúmenes de importación”, explicó en exclusiva a Erbol.
De acuerdo a la investigación “Soberanía alimentaria en Bolivia, entre el discurso y la realidad” realizada por CEDLA y las afirmaciones del entrevistado, “la propaganda oficial (del gobierno central) presenta un escenario caracterizado por la implementación de políticas y acciones orientadas a apuntalar no sólo la seguridad alimentaria sino también la soberanía alimentaria, privilegiando la agricultura familiar campesina, indígena originaria de base comunitaria”.
Sin embargo, esta versión, según Ormachea, es falsa pues en la realidad se muestra una menor relevancia de la producción agrícola campesina y una cada vez mayor importancia a la producción agrícola basada en formas capitalistas de producción, asentadas fundamentalmente en el oriente del país.
Sostuvo, además, que a pesar de haber incrementado en la superficie cultivada y los volúmenes de producción de alimentos, el gobierno de Evo Morales no logra el autoabastecimiento para el mercado interno.
No todos los productos agrícolas, como el trigo, el frijol y en menor cantidad la papa, son producidos en el país, afirmó el investigador puesto que en los últimos años existe una tendencia a importar alimentos, sobre todo desde que Bolivia abrió la política dirigida a la libre importación, la cual no ha sido modificada hasta el momento, “ese es uno de los efectos de la crisis actual de la producción campesina”.
Por otro lado, remarcó que los volúmenes de producción de maíz en los últimos cinco años sólo se incrementaron en un 8.4 por ciento, lo que afectó directamente a las empresas avícolas del país, propiciando el desabastecimiento de esta carne en el mercado interno el segundo semestre de 2010.
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