El Deber • Importación. El Gobierno cuenta con Bs 274 millones para compras en el exterior
Para responder a la escasez o al encarecimiento de algunos alimentos, el Gobierno desde 2007 fue aumentando su presupuesto y los volúmenes de productos alimenticios comprados en el exterior.
Según el Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural (ex Ministerio de Producción y Microempresa), hace tres años, la Secretaría Ejecutiva PL-480 (que fue reemplazada por Insumos Bolivia) contaba con un presupuesto de Bs 180 millones para la importación especialmente de harina; en 2008, ese capital subió a Bs 249 millones y en 2010 pasó a Bs 274 millones (la cifra de 2009 no fue proporcionada por la entidad).
Desde Insumos Bolivia indicaron que este aumento de su presupuesto se debe a que la política alimentaria que lleva adelante el Gobierno tiene como principal objetivo garantizar la oferta y la venta de los alimentos a un precio justo, por eso esta entidad tiene como tarea la adquisición de materias primas e insumos estratégicos para el apoyo directo al desarrollo de las unidades productivas y la comercialización y distribución de productos e insumos en el mercado interno.
En esta línea, Víctor Hugo Vázquez, viceministro de Desarrollo Rural y Agropecuario, manifestó que el Estado va a gastar lo que sea necesario para luchar contra la especulación de algunos comerciantes que suben el precio o esconden algunos alimentos que son de primera necesidad para la familia boliviana.
“La importación es una medida coyuntural, es una reacción inmediata ante la falta de un producto. Es obligación del Gobierno garantizar que el valor de los alimentos no se incremente y que la población pueda comprar lo que necesita a un precio justo”, señaló Vázquez.
Al respecto, Waldo López, presidente del Colegio de Economistas de Bolivia, sostuvo que destinar cada año una mayor cantidad de dinero para la importación de alimentos puede resultar contraproducente.
López remarcó que los casi $us 40 millones que Insumos Bolivia contó para realizar compras en el exterior deberían haberse usado para mejorar la oferta local, aunque aclaró que en el caso del cemento no existía otra solución que la de importar este artículo, pero en las del arroz, manteca, harina de trigo y azúcar el problema debe ser encarado de manera diferente, pues se trata de alimentos que se pueden producir en el país.
“Como medida de corto plazo la importación es una salida válida, pero sostener la economía nacional bajo este modelo es peligroso porque puede desincentivar a los agricultores (arroceros, maiceros, cañeros y horticultores) y éstos pueden optar por dejar esta actividad, lo que provocaría un mayor déficit alimentario”, sostuvo López.
En cuanto a las importaciones, Insumo Bolivia informó de que en el periodo 2008-2009 importó un volumen de 61.012 toneladas métricas de harina, manteca y arroz, por un valor de Bs 160,6 millones y que de su presupuesto total de Bs 274 millones, 141,4 millones provenientes del Tesoro General de la Nación (TGN) están destinados para la compra de azúcar.
Respecto a la importación de cemento Yura de Perú, el monto invertido por Insumos Bolivia para la adquisición del primer lote de 3.000 toneladas fue de Bs 3,2 millones y para los siguientes tres años el presupuesto total llega a los Bs 21 millones.
Sobre el tema, un informe del Centro de Estudios para el De-sarrollo Laboral y Agrario (Cedla) sostiene que durante los primeros cuatro años de gestión (2006-2009) el Gobierno del MAS no ha podido cambiar sustancialmente la tendencia hacia el incremento de las importaciones de productos agrícolas y agroindustriales que ya se observaba claramente en 1999, cuando se importaron 609.382 toneladas. En 1998 fue sólo de 349.663 toneladas.
Según el Cedla, el Gobierno de Evo Morales tiene una marcada tendencia al crecimiento de la importación de productos alimenticios, pese a que los campesinos registran una producción importante.
“En efecto, mientras que en 1992 el 79,5% de las importaciones de productos agrícolas y agroindustriales se explicaba por la importación de trigo y harina de trigo hacia el 2009 estos dos productos significaban el 54,3% del total de las importaciones”, afirma el informe elaborado por Enrique Ormachea, investigador del Cedla.
Ormachea remarcó que en el periodo 2006-2009 se incrementó la importación de otros alimentos, como los frejoles, hortalizas, frutas, arroz, papa y productos lácteos que bien podrían ser producidos en el país.
Al respecto, el director de la Fundación Milenio, Napoleón Pacheco, criticó la lentitud para encarar proyectos productivos financiados por el Estado que permitan una verdadera ampliación de la frontera agrícola para aumentar la producción agrícola. Según Pacheco, el gasto que realiza el Gobierno para controlar de forma subvencionada el precio de los alimentos sólo debe ser momentáneo y mantenerlo por varios años es dañar el aparato productivo del país.
Daniel Sánchez, presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB), afirmó que el aumento de las importaciones perjudica a los productores bolivianos que pierden mercados para su producción. “Los campesinos, los artesanos, los micro y pequeños productores y las empresas nacionales no pueden competir con importaciones más baratas. Son desplazados por la producción extranjera, tanto la que ingresa legalmente como la que viene por el contrabando”, dijo Sánchez.
Para la Cámara Nacional de Industrias (CNI), las importaciones estatales coartan la inversión privada, que ve reducido el mercado del producto importado y debe competir contra el Estado, que funge como comerciante desde una posición aventajada, por el apoyo logístico, privilegios en la desaduanización, los servicios estatales y la escala de sus operaciones.
Por lo anterior, la CNI subrayó que el uso de las importaciones para controlar el costo de los productos es que éste, como instrumento de política pública, es ‘perverso’, porque distorsiona el equilibrio natural del mercado y retrasa el desarrollo productivo nacional.
En detalle
– Impacto. Según la Asociación de Industriales Molineros, de un total de 18 molinos, ocho han cerrado debido a que del 60,7%, que representaba la importación de granos de trigo, bajó a sólo el 13,2%, provocando una caída en la actividad de la molienda.
– Alcance. Según datos del Cedla, el soporte gubernamental a los pequeños productores campesinos mediante la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa) hasta 2009 ha llegado a 8.616 arroceros, maiceros y soyeros. Lo que representa un 1,9% de las 446.000 unidades productivas que, de acuerdo con el Gobierno, existen en el país.
– Desafío. La CEPB propone al Gobierno que en lugar de debilitar la producción y las exportaciones nacionales, se trabaje de forma conjunta entre el Estado, los empresarios y los productores (de la ciudad y del campo), en un plan para reactivar la producción nacional y fortalecer la industria y la agroindustria boliviana. Un plan con medidas de corto, mediano y largo plazo, que permita llenar los mercados con alimentos y otros artículos producidos en el país.
– Preocupación. La CNI indicó que la importación es una medida de corto plazo, que evidentemente es capaz de detener un ascenso en los precios, pero castiga a la producción local. La entidad señaló que si bien la baja inflación es una meta de la política económica del Gobierno, no debe ser la única ni la más importante y recordó que a principios de año, el Vicepresidente del país anunció que éste sería el periodo del despegue industrial, lo que significa que la política económica debería tener al desarrollo industrial como el objetivo más importante. Sin embargo, lo que se ve, tanto en la política cambiaria como en la fiscal en lo que corresponde a las compras de Insumos Bolivia, es un contrasentido al desarrollo industrial del país.
La opinión
“No hay que centrarse en la producción parcelaria”
Enrique Ormachea- Inv. del Cedla
La producción agrícola está en un nivel que se podría llamar de estancamiento; es decir, no existe un incremento sustantivo del volumen de la producción agrícola y por eso cualquier desastre natural (sequía, inundaciones) o cambios bruscos de los precios en el mercado internacional pueden llevar a problemas de desabastecimiento.
La importación que realiza el Gobierno puede ser considerada coyuntural, el problema es que el MAS pretende tener una política de soberanía alimentaria basada en la pequeña producción, que no es suficiente para lograr garantizar la provisión. Entonces, el tema está en cómo se logran mayores niveles de producción agrícola y pecuaria, y esto se consigue con una fuerte presencia estatal en el campo y defendiendo la producción nacional, no permitiendo el ingreso de alimentos que se siembran en el país.
Al no cerrar nuestras fronteras en todo el ciclo neoliberal, la producción campesina se vio afectada y ahora está pasando lo mismo, pues no existe una verdadera protección a esta actividad.
Para frenar esta importación de alimentos se debe tener en cuenta un dato objetivo y es que los empresarios, los que tienen la capacidad de producir a escala, no trabajan para alimentar a la población, éstos producen para ganar plata, por lo que se mueven en relación con los precios; en ese sentido considero que el actor que debe participar de forma directa es el Estado, con empresas estatales que tengan la capacidad de generar una oferta industrial. Pueden ser cooperativas con capacidad de introducir nuevas tecnologías y no sólo centrarse en la pequeña producción parcelaria, que es insuficiente y no representa a una producción masiva y comunitaria.
Cifras
Compras
60,7%
Según el Cedla, en 2005 éste fue el porcentaje en la importación de grano de trigo, mientras que en 2009 sólo alcanzó el 13,2%
En toneladas
6.901
Según Insumos Bolivia, ésta es la cantidad de harina que se importó en 2008 (oct-dic). En 2009 la cifra fue de 51.383 toneladas
En millones de Bs
180
En 2007, éste era el presupuesto de la Secretaría Ejecutiva PL-480, que luego se pasó a llamar Insumos Bolivia
Reacciones
FENCA
Invertir en el sector
Gonzalo Vásquez, presidente de la Federación Nacional de Cooperativas Arroceras (Fenca), sostuvo que la importación de arroz entre 2008 y 2009 significó un fuerte golpe a los arroceros. “Es cierto que por factores climáticos la oferta fue menor, pero considero que para solucionar este problema de manera estructural el Gobierno debe invertir en el sector y no buscar alternativas a corto plazo”.
CONGABOL
Se debe aumentar la oferta
Christian Sattori, titular de la Confederación de Ganaderos de Bolivia (Congabol), explicó que el actual hato ganadero (siete millones de reses) tiene un delicado equilibrio con la demanda actual y cualquier merma de la oferta se traslada a los precios. “Por eso es importante hacer un proceso de repoblamiento y llegar a los 10 millones de cabezas, cifra que nos permitirá tener una mejor oferta”.
PROMASOR
Alentar las exportaciones
La Asociación Nacional de Productores de Maíz, Sorgo, Frejol y Cultivos Alternativos (Promasor) indicó que el Estado debe alentar la exportación de las oleaginosas para que otra vez la superficie sembrada de maíz se incremente. La entidad remarcó que en la actualidad existe un déficit entre la oferta y el consumo de este grano, lo que impacta en su precio final.
CAO
Un trabajo conjunto
Para la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), el incremento en el precio de algunos productos es un problema coyuntural, al igual que la importación de algunos alimentos. Para la entidad productiva, que aseguró que para el 2011 la oferta alimentaria está garantizada, es necesario realizar un trabajo conjunto entre el Gobierno y los productores.
Créditos al campo
15 %
De acuerdo con el Cedla, hasta el primer semestre de 2009 el Banco de Desarrollo Productivo destinó este porcentaje a la agricultura.
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