Avatares en los precios de las materias primas

Página Siete – Marco Zelaya

Las cotizaciones del petróleo, de los minerales y de la soya, el maíz y el sorgo están en descenso. El Gobierno niega un posible impacto en la economía. Los expertos opinan que bajarán los ingresos en 2015.
Los precios para las materias primas en los mercados internacionales tienden a bajar.
¿Ha llegado el fin de un período espectacular para las economías regionales que dependen de la exportación de estos productos?
Al respecto, hay dos posiciones: La primera sostiene que el boom de los commodities terminó, en tanto que la segunda, menos categórica, sólo alerta sobre un bajón pasajero, un “bache” de mercado, típico, pero que en ningún caso refleja una nueva tendencia.
Las cotizaciones a la baja, en especial de los precios del petróleo, de los minerales y de los productos agrícolas, son más preocupantes en los países cuyas economías dependen de los ingresos por las exportaciones de estas materias primas.
En su último informe, el FMI ha expresado que el crecimiento en América Latina se desacelera debido a la caída de los precios de los commodities.
Según el documento Perspectivas económicas: Las Américas, se proyecta que el crecimiento del PIB en América Latina y el Caribe llegará a 1,3% en 2014; sólo una vez en los últimos 12 años, expresa el informe, se ha registrado una tasa de crecimiento más baja, como para anticipar que la situación que se aproxima es distinta a la actual, y la previsión es más de 1 punto porcentual inferior a la tasa proyectada en abril de 2014. Las mayores revisiones a la baja correspondieron a Argentina, Brasil, Chile, Perú y Venezuela.
Las considerables revisiones a la baja obedecen a una combinación de factores externos e internos. En el frente externo, el debilitamiento de los precios de importantes materias primas ha suscitado una sensación de que los tiempos son menos favorables y ha llevado al sector privado a contraer el gasto; además, la incertidumbre en torno a las políticas internas ha minado aún más la confianza en varios países, asegura el documento.
Una de cal y otra de arena
Las previsiones del FMI sustentan la opinión de quienes consideran que el extraordinario período de excelentes precios ha tocado fondo y que se avecina una tormenta.
Pero el informe también afirma que, a contramano de esa tendencia dominante en la región, la mala hora todavía no llegará a Bolivia, que tiene la mayor previsión de crecimiento en la región, de 5,2% del PIB, y por tanto el liderazgo en cuanto a expansión económica.
“El crecimiento en otros países exportadores de materias primas seguirá siendo dispar. Se proyecta que Argentina y Venezuela estén en recesión este año y el próximo, en tanto que para Bolivia, Ecuador y Paraguay se prevé la continuación de un crecimiento relativamente fuerte del orden de 4%–5%”, asegura el documento.
Pero no sólo pareciera que los casos de Bolivia, Ecuador y Paraguay estuvieran fuera de la corriente, sino que también se beneficiarán de una recuperación en el crecimiento estimada para 2015. “Para 2015 se espera que el crecimiento se recupere a 2,2%, a medida que se disipen algunos de los factores a corto plazo que frenan la actividad y en vista de que las incertidumbres que rodean a las políticas internas tenderán a disminuir en algunos países”, vaticina el FMI.
El poder petrolero de EEUU
Ahora bien, ¿cuál es el motor de este remezón económico? Sin duda alguna, la producción de fantásticos volúmenes de shale oil y shale gas –petróleo y gas de esquisto, de lutitas o entre las rocas- en Estados Unidos.
En realidad, es el mercado, porque el ascenso del precio petrolero incentivó la “destrucción creativa” dentro del poderoso sector hidrocarburífero estadounidense. En 2003, la cotización del barril oscilaba entre 20 y 30 dólares, pero en 2008, cuando comenzó la última crisis internacional, alcanzó un máximo de 140 dólares. Se estabilizó, entre ese año y hace unos tres meses, en 100 dólares.
En cambio, ahora tanto el West Texas Intermediate, que es el de referencia para Bolivia, y el Brent, el índice guía en Europa, han caído hasta 80 dólares; hace un mes estaban en 90 dólares, pero ahora se han detenido -¿hasta cuándo?- en 80 dólares.
El bajón se sentía en el aire. La cotización impulsó el desarrollo tecnológico en Estados Unidos para aprovechar, como señaló en un artículo publicado en Inversión el especialista en hidrocarburos Álvaro Ríos Roca, la formación Barnett, en la cual se han perforado unos 120 mil pozos –con un promedio de 12.000 pozos por año- con fracturamiento hidráulico para desarrollar shales.
Pero la fiebre de los shales o hidrocarburos no convencionales no tiene fronteras, porque, de acuerdo con Ríos, en Argentina se han perforado 170 pozos en la formación Vaca Muerta, una de las más ricas del mundo. Y otros países en la región no tardarán en seguir esa dinámica.
En concreto, Estados Unidos produce más petróleo y gas que México y Venezuela e inunda el mercado mundial, lo cual hala los precios hacia abajo.
Según las previsiones del FMI, que este año ha dedicado un acápite de su informe al gas natural, Estados Unidos se perfila como el principal productor de este energético ecológico mediante la venta en sus flotas de barcos metaneros, dispuestos a llegar a cualquier punto del globo con su producto estrella: el Gas Natural Licuado (GNL o LNG, por sus siglas en inglés).
Los efectos en el país
¿Cuál puede ser el efecto de la caída del precio petrolero en el país, que vive de las exportaciones de gas natural?
La respuesta del Gobierno, en concordancia con las previsiones macroeconómicas del FMI, ha consistido en negar un posible impacto. Tanto el ministro de Economía, Luis Arce, como el presidente del Banco Central de Bolivia, Marcelo Zabalaga, han expresado que la incidencia del descenso del precio petrolero será nula, debido a la fortaleza de los fundamentos de la economía.
El presidente de YPFB, Carlos Villegas, ha señalado que el descenso de la cotización internacional no reducirá los ingresos nacionales por las exportaciones de gas tanto a Brasil como a Argentina y que el mercado petrolero atraviesa en estos días una situación que puede ser calificada de circunstancial.
Pero las fórmulas que fijan los precios en ambos contratos están compuestas de derivados del petróleo que están a la baja. En consecuencia, si la caída reduce el monto de las facturas por el gas eso no quedará registrado este año, sino el próximo, como han asegurado los expertos Ríos y Bernardo Prado Liévana.
Es la previsión por ahora. Siempre y cuando, por supuesto, no se registre un descenso dramático de las cotizaciones internacionales del petróleo.
El fenómeno del shale oil y el shale gas
Inversión – La Paz
“Los precios del petróleo descendieron recientemente debido a la debilidad de la demanda y la abundancia de la oferta”. Lo afirma el informe de Perspectivas de la Economía Mundial, publicado en octubre por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que señala que uno de los grandes acontecimientos ocurridos en los últimos años tuvo implicaciones importantes para los mercados de gas y de energía: la revolución del gas no convencional (gas de esquisto o shale gas)en Estados Unidos.
El consumo de gas natural aumentó en forma constante y hoy representa casi el 25% del consumo mundial de energía primaria, mientras que el consumo de petróleo disminuyó rápidamente, desde un 50% en 1970 a alrededor del 30% en la actualidad.
Como resultado, los precios del crudo declinaron en los últimos meses y están por debajo del precio promedio de 104 dólares el barril, vigente desde el inicio de 2011. Se mueven ligeramente a la baja, como resultado del fuerte crecimiento de la oferta en países que no integran la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), un grupo compuesto por 12 países productores que poseen más de cuatro quintas partes de las reservas del petróleo crudo del mundo y producen alrededor de un tercio de su petróleo.
Estos países son Angola, Arabia Saudita, Argelia, Ecuador, Emiratos Árabes Unidos, Indonesia, Libia, Nigeria, Irán, Iraq, Kuwait, Qatar y Venezuela.
Las mejoras tecnológicas en exploración y perforación posibilitaron nuevos descubrimientos y la explotación de reservas de gas natural. Como resultado de estos nuevos descubrimientos y la mayor explotación de las reservas existentes, en la actualidad hay más productores de gas natural que en la década de 1990.
Los productores más grandes de gas natural son Estados Unidos y Rusia, seguidos por la República Islámica del Irán, Qatar y Canadá.
Estados Unidos no es parte de la OPEP y, aparte del shale gas, tiene gran parte de los depósitos de petróleo no convencional (shale oil); ante ello hay un continuo y alto nivel de producción en algunos países miembros de la OPEP, que incluso brindaría respaldo a la capacidad ociosa relativamente alta de sus miembros.
Según los estudios del FMI, se prevé que el aumento de la oferta proveniente de países que no forman parte de la OPEP superará el crecimiento moderado de la demanda mundial de petróleo en 2014 y 2015.
Este vertiginoso aumento de la producción de gas de esquisto convirtió a Estados Unidos en el mayor productor de gas natural del mundo y se prevé que se sumará a la legión de países exportadores de Gas Natural Licuado (GNL) e incluso pase a ser un exportador neto de gas natural a fines de esta década, según la Agencia Internacional de Energía de Estados Unidos.
El auge del gas no convencional en Estados Unidos también tuvo un impacto significativo en la geografía del comercio energético mundial; redujo bastante sus importaciones de gas natural licuado desde África, Oriente Medio y Trinidad y Tobago y también disminuyó sustancialmente las importaciones del energético desde Canadá, lo que desencadenó una notable caída de precios como resultado de la sobreoferta de gas natural.
Europa y América del Norte son los mayores mercados integrados por gasoductos, pero sus importaciones netas se redujeron desde 2005 debido al debilitamiento de la actividad económica y al aumento de la producción gasífera en Estados Unidos.
Se proyecta que el precio del petróleo crudo alcanzará un promedio de 102,8 dólares el barril en 2014 , lo que implica una caída de 1,3% con respecto a 2013, para luego caer más, hasta 99,4 dólares en 2015 y a un promedio de 97,3 dólares en 2016. Será una lenta recuperación.
Los minerales y los productos agrícolas también a la baja
La crisis en la minería, a causa del bajón de las cotizaciones internacionales, se profundiza.
Uno de los principales metales de exportación, la plata, ha experimentado un descenso de hasta 28,8% desde octubre de 2013 a la fecha. La caída está asociada a una menor demanda en los países industrializados como EEUU y China. Los otros minerales no tienen ni visos de recuperarse.
Lo peor es que el Estado ha apostado fuerte a proyectos estanníferos como Huanuni e incluso a fundidoras como Vinto o Karachipampa, cuyos trabajadores dependen de las ventas externas de estos minerales.
La situación de la minería es tan crítica que la minera Inti Raymi ha expresado que no puede operar con precios bajos para el oro, por lo cual sus obreros han iniciado tratativas con el Gobierno para salvar a esa compañía de un colapso.
Los mineros sindicalizados, como si se hubiera retornado a la crisis productiva de principios de los 80, plantean un almacenamiento del estaño y de otros minerales hasta que se recuperen los precios.
En el agro
Estados Unidos ha obtenido tal producción récord de soya que actualmente hay una sobreoferta en el mercado, lo cual ha reducido los precios internacionales del grano.
Según los reportes de la Asociación Nacional de Productores de Oleaginosas, el precio de la tonelada disminuyó en 190 dólares, pues en el mercado de Chicago, el de referencia, se cotizaba hasta hace pocos meses en 540 dólares; hoy cuesta sólo 350 dólares.
El maíz y el sorgo también caen, porque se ha registrado una sobreproducción tanto en el mercado externo como en el interno.
A eso se suma el veto a las exportaciones de estos productos.
Se estima que el próximo año será notoria la reducción de ingresos en el agro, como en el caso de los hidrocarburos, a causa de la caída de las cotizaciones internacionales de estos commodities del área de alimentos.
100 dólares
en promedio costaba el barril de petróleo hasta hace unos meses. Hace una década se cotizaba entre 20 y 30 dólares, pero el precio se disparó en 2008.
140 dólares
llegó a costar un barril de petróleo en los mercados internacionales. Ese precio récord incentivo el desarrollo de la tecnología del shale oil y el shale gas.
80 dólares
cuesta actualmente un barril de petróleo, a causa de la sobreoferta de producción en Estados Unidos, que a fines de esta década será el principal exportador de gas.
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