URUGUAY: El Gobierno admite crisis por las lluvias y piensa en más impuestos


El País – 13 de febrero de 2014
Por las lluvias de los últimos diez días, que hicieron colapsar buena parte de la caminería rural y golpearon duro a la granja, el gobierno elevó a estado de crisis la situación. Los intendentes piden asistencia y el gobierno habla de más impuestos.

La crisis provocada por las lluvias, atípicas para el mes de febrero, fue el tema central del Consejo de Ministros de ayer. El prosecretario de la Presidencia, Diego Cánepa, dijo que fueron asignados US$ 25 millones para que las intendencias compren maquinaria y que en este mes y en marzo se volcarán a ese fin otros US$ 15 millones del Impuesto al Patrimonio que paga el sector agropecuario.

Por su parte, el director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), Gabriel Frugoni, advirtió que Uruguay «necesita, y esto de alguna manera tendrá que aprobarse en el futuro, de una tasa o un impuesto» para el mantenimiento de la infraestructura vial.

Según el gobierno, se hubiera dado un «shock» de inversión para la infraestructura vial de US$ 500 millones si se hubiese podido aplicar el Impuesto a la Concentración de Inmuebles Rurales (ICIR) que fue declarado inconstitucional.

La posibilidad de que se cree un nuevo impuesto llevó al presidente de la Federación Rural, Carlos Uriarte, a advertir que esa gremial, la Asociación Rural y Cooperativas Agrarias Federadas entienden que debería ser co-administrado por el sector privado y así lo van a proponer.

«Queremos un impuesto que no termine en Rentas Generales y que lo pague, por ejemplo, tanto el que produce los granos como el que los transporta y el que los vende. La gente lo apoyaría porque bajarían los fletes y se romperían menos los camiones», dijo Uriarte a El País.

El intendente de Florida, Carlos Enciso, señaló que hay fondos previstos en el presupuesto nacional para estas contingencias de por lo menos US$ 130 millones. «No sé si tiene sentido hablar de un impuesto ahora con un gobierno al que le queda menos de un año y no laudó el tema en su interna», dijo Enciso a El País.

 

La Intendencia de Florida calcula que requiere US$ 1,6 millones para reparar 226 kilómetros de caminería que necesitan reparaciones urgentes.

En Treinta y Tres, el intendente Dardo Sánchez estima que se necesitan por lo menos US$ 3,5 millones porque las lluvias de febrero se sumaron a otras muy abundantes de septiembre que habían dañado mucho la caminería. Y en Soriano, el intendente Guillermo Besozzi dijo a El País que hacen falta por lo menos US$ 2 millones para atender los 2.800 kilómetros de caminería, sin contar los daños en las calles de las localidades del departamento.

«Lo que aporta el Ministerio de Transporte y Obras Públicas resulta insuficiente y está claro que arreglar hay que arreglar», dijo Besozzi. «Es indudable que retrocedimos varios casilleros», advirtió Besozzi.

En Tacuarembó, antes de las lluvias «los caminos estaban regulares y ahora van a estar horribles», dijo a El País su intendente, Wilson Ezquerra. «Se nos dijo que la solución era el Impuesto al Patrimonio. Hay que generar un sistema diferente con más inversión, pero más durable», consideró.

La soja.

A nivel agrícola, la gran incógnita es lo ocurrirá con la soja, cultivo de enorme expansión en Uruguay en los últimos años. Si bien no se ha perdido todavía producción en forma significativa, la plaga de la «lagarta» la está afectando y no se están pudiendo fumigar los cultivos con aviones porque las condiciones climáticas no lo permiten.

El consultor Gonzalo Gutiérrez dijo a El País que no se está «ni cerca» de poder evaluar los efectos de la lluvia para lo que habrá que esperar la cosecha, pero seguramente «se recortó el potencial de rendimiento».

«Es un problema nuevo para la producción de verano. Nunca la soja se había visto afectada por lluvias así en febrero. Para la soja plantada en suelos livianos no es grave, pero sí lo es en los suelos pesados», comentó.

Actualmente los precios de la soja (unos US$ 460 la tonelada en el puerto de Nueva Palmira) son «relativamente buenos», pero la tendencia es bajista porque «va a haber un shock de oferta en el Mercosur con la cosecha de Brasil». Si la oferta de la soja uruguaya se retrasa algo, los precios a obtener no serían tan favorables.

Carlos Uriarte, de la ARU, dijo que se aguardaba un muy buen rendimiento de la soja que todavía puede verificarse en la medida que se controlen las plagas, aunque admitió que puede ser que haya hectáreas perdidas en las zonas bajas. «Las plagas han explotado. No hay la cantidad de aviones necesaria y hay una limitante que son las pistas», reconoció. «Pero la soja se puede recuperar porque crece a la par de la lagarta», señaló.

En Soriano, Paysandú y Río Negro se calcula que hay unas 500.000 hectáreas de soja que son atendidas por una media centena de aviones. El técnico de Copagran, de Young, Richard Brehm, dijo a El País que por el momento «la situación no es grave porque las chacras están bien drenadas y sembradas de manera que no erosiona», pero advirtió que si las lluvias siguen siendo copiosas durante un par de semanas puede darse una «catástrofe». (Producción: Daniel Rojas y Daniel Sosa).

n La lechuga, la acelga, la espinaca, la remolacha, el coliflor y el apio se han encarecido mucho desde enero y se espera que sus precios sigan altos en los próximos días. Además, como en algunas de las zonas donde se producen las lluvias triplicaron el promedio histórico, se produjeron problemas como la aparición de hongos y bacterias. Se trata de productos muy perecederos. Su «stock» debería recomponerse en un plazo de entre un mes y medio y tres meses. La papa, la hortaliza más consumida en el Uruguay, se ha encarecido fuertemente desde enero aunque su importación está habilitada. Buena parte de su producción se pudrió. Lo mismo ocurrió con las zanahorias que se han encarecido mucho y que siguen con tendencia al alza. Se calcula que se perdió por lo menos 60% de la producción.

En cuanto a cebollas y zapallos, no hay riesgos de abastecimiento aunque estos últimos presentan importantes problemas sanitarios.

El boniato se ha encarecido y se espera que presente problemas de calidad. Las pérdidas oscilaron entre el 50 y 70% en los tomates, los morrones, los zapallitos y las berenjenas y fueron casi totales en el caso de los melones.

En conjunto, el precio de las verduras se duplicó en lo que va del año y lleva a que la inflación prevista para febrero tenga un «piso» de por lo menos 0,81%. En los doce meses terminados en enero el alza de los precios fue de 9,1%. El ministro de Economía y Finanzas, Mario Bergara, descartó que la inflación se esté acercando al 10% anual.

En cuanto a las frutas, su precio ha bajado por la sobreoferta. La manzana mediana, por ejemplo, bajó su precio entre un 30 y 50%. Se esperan problemas de calidad en la oferta que llegará a los consumidores en marzo y abril. También se aguardan problemas de calidad en las uvas y los duraznos.

La lluvia favorece al ganado

A la ganadería la abundancia de lluvias la favorece. Carlos Uriarte, presidente de la Federación Rural, comentó que hay una disponibilidad de pasturas «como nunca y sobra pasto». «La ganadería está en un excelente momento» y se aguarda un año bueno con gran producción de terneros, señaló.

Las lluvias han provocado mucha presencia de garrapatas en los vacunos y de hongos porque los animales pasaron muchos días sin secarse.

Impacto por sectores

Arroz

No se han perdido volúmenes importantes aunque la falta de luminosidad puede afectar los rendimientos, consideró Dardo Sánchez el intendente de Treinta y Tres, el departamento más arrocero del país. La luminosidad es clave en los veinte días anteriores a la floración y en los veinte días posteriores.

Soja

Lo que ocurra con la soja es clave porque se trata de un cultivo que se ha extendido muchísimo y hoy está presente en prácticamente todo el país. Como ejemplo, Sánchez mencionó que hace cuatro años en su departamento habían solamente 5.000 hectáreas de soja y hoy se superan largamente las 50.000. Hay zonas bajas donde este cultivo convive con el arroz.

Lechería.

La lechería no se ha visto perjudicada más allá de los graves problemas que complican el traslado a las plantas de procesamiento por el deterioro de la caminería en la cuenca (fundamentalmente departamentos de San José, Colonia, Canelones y Florida).

Haciendas.

«El clima marca que los productores ganaderos no tengan apuro por vender porque hay mucha comida en los campos y los pocos que venden ganado lo hacen por necesidades financieras puntuales», explicó Alejandro Berrutti, de United Breeders & Packers. Con una faena que tiende a bajar, no está faltando carne bovina en el mercado interno, pero los volúmenes están «justos», según confirmó a El País el presidente de la Asociación Nacional de Carniceros, Germán Moller. Con poco ganado gordo que sale a venderse, los frigoríficos no tienen carne estoqueada en las cámaras de frío.

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