La Razón • Ian Buruma: 'Reforma fiscal de Trump va a extender la desigualdad • 10/01/2018

Ian Buruma: ‘Reforma fiscal de Trump va a extender la desigualdad’

Desde un punto de vista histórico, el Director de The New York Review of Books reflexiona sobre los efectos que tendrán en Estados Unidos y el mundo las nuevas políticas del presidente norteamericano, Donald Trump, y trata de analizar lo que está pasando para ayudar a las personas a pensar y a comprender.

El Director de The New York Review of Books, Ian Buruma.
La Razón (Edición Impresa) / Andrea Aguilar / El País
00:00 / 10 de enero de 2018

Desde un punto de vista histórico, el Director de The New York Review of Books reflexiona sobre los efectos que tendrán en Estados Unidos y el mundo las nuevas políticas del presidente norteamericano, Donald Trump, y trata de analizar lo que está pasando para ayudar a las personas a pensar y a comprender.

Ian Buruma tomó desde septiembre del año pasado —en el primer año de gestión del nuevo presidente de Estados Unidos (EEUU), Donald Trump— las riendas de The New York Review of Books, la legendaria revista británica que aglutina el pensamiento crítico e intelectual internacional. El crítico holandés ha escrito durante su trayectoria profesional 17 libros sobre temas tan diversos como el milagro económico de Japón, la anglomanía o la relación epistolar entre sus abuelos.

— Ha pasado más de un año desde que Trump ganó las elecciones. ¿Qué opina de lo ocurrido desde entonces?

— Al principio parecía que no lograría hacer mucho, que era muy ladrador y poco mordedor. Pero eso ha empezado a cambiar. Su presidencia está teniendo un impacto que será duradero. La reforma de los impuestos es un ejemplo: va a cambiar la vida de millones de personas en el medio y largo plazo, va a ampliar la brecha de desigualdad, va a empeorar las relaciones sociales. También está llenando los tribunales de jueces ideológicamente muy escorados a la derecha, algo que dejará una profunda huella. Hay una especie de esfuerzo organizado para debilitar las instituciones de la democracia liberal. NdE. El presidente Trump firmó el 22 de diciembre del año pasado una ley que incluye notables recortes de impuestos para las empresas y en menor medida para los trabajadores.

— ¿Cómo?

— Gradualmente mina la democracia con su retórica y destruye activamente las instituciones de las que depende el sistema para funcionar. No se trata solo de un tema retórico, con sus ataques a la prensa y ese tipo de cosas, que también sucede. También se destruyen las instituciones mismas. El Departamento de Estado está medio vacío y en otros departamentos, como el de Agricultura o el de Protección Medioambiental, ha nombrado como máximos responsables a personas que son hostiles a esos asuntos. Por último, encuentro muy peligroso que Trump anime a la gente violenta y resentida contra las minorías. En una democracia que funciona, esa gente agresiva, que siempre está ahí, está controlada por la ley y por el comportamiento político y social general, pero si el Presidente de EEUU los jalea habrá violencia, o más de la habitual.

— En Año cero explica que empezó a escribir ese libro para tratar de averiguar cómo, tras la II Guerra Mundial, lograron volver a unirse las sociedades y cómo emergió el mundo del desastre. ¿Cómo saldrá EEUU de esta etapa?

— Aún no sabemos cuán de fatales serán los daños, así que es difícil predecirlo. Marcará una gran diferencia cuánto tiempo ocupe Trump la presidencia, si son cuatro u ocho años. La única manera de parar el deterioro es que los demócratas logren una amplia mayoría en las elecciones a la Cámara Baja de medio mandato del próximo año, y que logren volver a la Casa Blanca en 2020. Si esto ocurre, se podrán reparar muchas cosas, pero no todo. Porque no se trata solo de Trump.

— ¿En qué sentido?

— Trump ha manipulado, pero la naturaleza de los medios de masas y la manera en que la gente se informa hoy no es a través de los canales normales, sino de las redes sociales. Esto es muy fácilmente manipulable y resulta complicado pensar cómo se puede arreglar. En el ámbito institucional también podría tomar mucho tiempo reparar los departamentos que él ha debilitado, aunque probablemente se pueda a largo plazo. Pero el papel de EEUU en el mundo no podrá ser lo que fue. Eso se ha terminado.

— ¿Qué efectos tiene esto?

— Europa debe ser más fuerte. Es esencial para poder construir algún tipo de equilibrio frente a la creciente influencia de China, especialmente, y también de Rusia.

 ¿Está China rellenando el vacío que parece quedar libre?

— En África su influencia está subiendo, no así la estadounidense. Y en general, por motivos económicos, el poder de China está aumentando en el mundo, pero es otra cuestión el que pueda simplemente reemplazar a EEUU. Porque, incluso con Trump, mucha gente aún ve a este país como un lugar de oportunidades, muchas personas ven las películas y series estadounidenses; el soft power (el influjo cultura, ideológico y diplomático), su influencia cultural es aún real. Muy pocos anhelan irse a vivir a China o ven el soft power chino como un ideal. En este sentido, no creo que China reemplace a EEUU y, si lo hace, no creo que pronto.

— ¿El orden nacido tras la II Guerra Mundial (impuesto por los países de occidente), que ha estudiado en varios de sus libros, se está hundiendo?

— Sí y no se le puede echar toda la culpa a Trump. Muy pocos de quienes padecieron directamente aquel conflicto siguen vivos. El miedo a una nueva guerra mundial no está suficientemente arraigado entre los jóvenes para mantener la Unión Europea (UE). Además, tener a EEUU como una especie de policía global no podía durar siempre; países como Japón y algunas naciones europeas no acababan de asumir la responsabilidad de su seguridad. El sistema creado en la posguerra empezaba a mostrar signos de envejecimiento antes de Trump: él le ha dado una patada a unos cimientos que ya estaban un poco flojos. Puede que ese orden acabe desapareciendo, con consecuencias imprevisibles, que podrían ser muy malas. Pero es posible que todo esto fuera algo inevitable.

— ¿Cómo interpreta el brexit?

— Es fácil caer en la caricatura. Una diferencia entre quienes están a favor del brexit y los electores de Trump, es que en Reino Unido había gente que tenía argumentos razonables y lógicos a favor de abandonar la UE, no todo eran emociones. Hubo quienes defendieron que la pertenencia a la Unión Europea no era buena para una democracia liberal soberana, porque demasiadas leyes eran redactadas y aprobadas por instituciones que no tenían que rendir cuentas en las urnas. Puede que esto no sea muy realista, y que finalmente salir de la UE haga más mal que bien, pero existen razones para esgrimir que un país está mejor fuera de la zona euro. Yo no lo creo, pero es una opinión respetable. Con Trump no pude encontrar nada así. Había muchas emociones, pero muy pocos intelectuales que respete tenían razones para apoyarle.  Muchos en Reino Unido votaron a favor de salir por motivos emocionales y xenófobos, fundamentados en una profunda ignorancia. Muy pocos en ese país, y puede que en otros, realmente saben cómo funciona la UE. Quienes apoyaban la salida la presentaron como una especie de Unión Soviética con un politburó en Bruselas, algo que no es cierto pero que mucha gente creyó. Esto es síntoma del miedo que va ganando sitio en un mundo más y más polarizado. Muchos sienten que no solo no les está yendo bien económicamente, sino que su identidad les está siendo robada, y que no se les escucha. Y son fáciles de manipular. En ese sentido, lo que ocurrió con el brexit sí es comparable a la victoria de Trump. La política se ha vuelto más tribal, está más ligada a la etnicidad.

Pérfil:

Nombre: Ian Buruma

Nació: 1951

Cargo: Director de The New York Review of Books

Experto en política y economía

El experto en Asia y autor de 17 libros estudió historia y literatura china en Holanda, y cine en Japón. Es sobrino del director cinematográfico John Schlesinger, habla seis idiomas, trabajó como fotógrafo, documentalista y crítico. Además ha impartido durante más de una década clases sobre derechos humanos, democracia y periodismo en Bard College (Nueva York).

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