Finanzas mundiales, un ciclo volátil y peligroso

Agenda Global – Martin Khor (Centro del Sur)
Las economías emergentes han pasado a depender del ciclo de auge y caída de las finanzas mundiales, un ciclo aún más volátil y peligroso que el de los productos básicos. Volátil porque los flujos de entrada y salida de capitales pueden ser enormes y cambiar repentinamente, y peligroso porque el cambio puede dañar a muchas partes del sistema.
Existe abundante literatura sobre los peligros de las corrientes financieras mundiales cuando miles de millones de dólares de fondos a corto plazo se van en busca de un mayor rendimiento de la inversión. Estos fondos han elegido para sus colocaciones a numerosas economías emergentes, pero cuando los fundamentos o las percepciones cambian, se desplazan hacia otros destinos.
Permitir el libre flujo de capitales especulativos no es una buena idea. Cuando vienen en demasía, los efectos se hacen sentir en el mercado de valores, se crean burbujas de precios en el sector inmobiliario y se produce una apreciación de la moneda. Y cuando se van, provocan otros efectos negativos, como ahora resulta evidente.
En Malasia, por ejemplo, los capitales extranjeros en los mercados de acciones y bonos están abandonando el país. En el último año, la moneda local, el ringgit, ha caído más del 20 por ciento y la expectativa es que siga cayendo, lo que a su vez provocaría nuevas fugas de capital, incluidos capitales locales.
La balanza de pagos ahora es negativa y eso se refleja en la caída de las reservas de divisas extranjeras que, si bien siguen siendo relativamente altas, han ido disminuyendo, situación que se agravará de continuar la salida de capitales.
¿Deberían los países restablecer un tipo de cambio fijo? En tal caso, deberían también implementar controles de capital, para evitar fugas en gran escala. Las medidas políticas implementadas por Malasia en 1998-2000, que permitieron superar la crisis, tuvieron éxito porque combinaron un sistema de cambio fijo con cierto control sobre la salida de capitales, y políticas monetarias y fiscales de reactivación. Sin esta combinación de factores no habrían funcionado.
Los países en desarrollo y las economías emergentes no deberían dar la bienvenida a todos los capitales que quieran entrar porque más tarde pueden lamentarse de que esos mismos capitales abandonen el país, justo en el momento en que la economía local no puede permitirse que lo hagan.
En cualquier caso, es importante dar prioridad a la reactivación de las economías nacionales, que ya se encuentran bajo fuertes tensiones.
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