Una ventana de Ribaralta al mundo • Estudio habla de sobreexplotación de familias castañeras

Niñas, niños, adolescentes y sus familias sufren una extrema sobreexplotación de la fuerza de trabajo en el acopio y el beneficiado de la castaña en municipios de Pando y Riberalta, Beni, según el estudio impulsado por el ministerio de Trabajo, UNICEF, HIVOS Bolivia y el Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA), en calidad de investigadores.

La coordinadora del estudio Silvia Escobar dice que este trabajo contribuye al diseño de políticas, planes y programas gubernamentales dirigidos a la erradicación progresiva del trabajo infantil, “sobre todo en actividades que suponen riesgos para la salud y el desarrollo integral de los niños y adolescentes”.

“Sin tiempo para soñar. Situación de los niños, niñas, adolescentes y sus familias en la zafra y el beneficiado de la castaña”, es el título de la investigación participada también por Giovanna Hurtado, Mónica Reyes y Wilson Rojas.

Escobar explica que se ha observado el circuito de la producción de la castaña desde la fase del acopio hasta la etapa del beneficiado o industrialización para la exportación del producto que tiene como destino principal el mercado norteamericano y europeo.

“Lo que hemos podido encontrar en el proceso de investigación es que tanto los niños como los adolescentes participan de manera muy activa en la fase de recolección de la castaña y lo hacen en las mismas condiciones laborales y extremadamente precarias, en las que trabajan sus padres”.

En el caso del beneficiado de la castaña, se verificó que por factores asociados con el control de la inocuidad alimentaria, la protección del consumidor está antes del que produce.

El trabajo permite ver también que con el tiempo, la participación de los niños menores de 13 años dentro de las actividades del quebrado, corte y procesamiento de la castaña, está limitada. Esto ha sido posible a una transición demográfica de la zona de procesamiento principal que es la ciudad de Riberalta, donde se ha incrementado el estrato de población adolescente y joven (14 y 25 años), y que ha creado un mercado de trabajo dinámico que ofrece posibilidades de destitución de la mano de obra infantil en las empresas beneficiadoras de castaña.

Se observó que en general, niños y adolescentes participan tanto en la recolección como en el beneficiado. No son contratados de manera directa sino que su trabajo está encubierto bajo una forma de trabajo familiar, es decir, por cada adulto que se contrata hay una subcontratación indirecta del resto de la familia.

“A partir de este encubrimiento, de esta relación laboral de trabajo bajo dependencia de niños y adolescentes se da en la región castañera un proceso de extrema sobreexplotación de la fuerza de trabajo de las familias castañeras”, sostiene Escobar.

La expresión de esta sobreexplotación son los bajos ingresos y las malas condiciones laborales en las que se desempeñan los trabajadores. De manera paradójica se encontró con que trabajando largas jornadas y ocupando a toda la familia, los productores apenas reciben un salario mensual de 800 bolivianos.

En el caso del beneficiado de las castañas ocurre una situación similar, las trabajadoras incluyendo el aporte de miembros de su familia perciben ingresos por encima del salario mínimo nacional.

“Lo paradójico es que es una de las regiones con mayor ingreso PIB per cápita, en cambio la población de esa zona es la más afectada por niveles de pobreza, visto desde las satisfacción de las necesidades básicas. Más del 87 por ciento de la población está en condición de pobreza extrema”.

El estudio se realizó en los municipios Puerto Rico, San Lorenzo y Gonzalo Moreno del departamento de Pando, región productora de castaña y en Riberalta, lugar de proceso para su exportación.

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