Plubímetro • El empleo informal en Bolivia alcanza al 74 por ciento de la población en edad laboral

El empleo informal en Bolivia alcanza a unas 3,7 millones de personas, el 74 por ciento de la población económicamente activa, según un análisis difundido hoy por la empresarial Cámara Nacional de Comercio (CNC).

Los datos, extraídos del estudio “El Derecho al Empleo Digno en el Marco de las Autonomías”, señalan que el nivel de informalidad en las ciudades llega a 65%, mientras que en el área rural es de 90%.

Los niveles más elevados están en la región andina de Potosí (suroeste), donde el 81,5% del empleo es informal, y en la oriental Santa Cruz, con una tasa de 71%, pese a ser la más rica del país.

En 2009, el privado Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA) ya alertó de que el empleo informal aumentó de 58,6% a 62% por efecto de la crisis global, que ocasionó el retorno de emigrantes y el “deterioro” en los ingresos de las familias por la persistencia del desempleo.

La CNC, que agrupa a importadores del país, señala además que el principal problema con el que tuvo que lidiar este año fue el contrabando, “que genera desempleo y afecta a la actividad formal” y anualmente mueve entre 1.000 y 1.500 millones de dólares, según estimaciones del sector y del ministerio de Economía.

De su lado, la Cámara Nacional de Industrias (CNI) destacó hoy el equilibrio macroeconómico y el crecimiento estable del producto interior bruto (PIB) logrados este año, pero advirtió de un posible estancamiento si no se realizan inversiones en el sector productivo.

El presidente de la CNI, Armando Gumucio, explicó a los medios que, al parecer, Bolivia alcanzó su “nivel de crecimiento de pleno empleo” en un rango que oscila entre 4,4 y 4,7%.

Para duplicar en la siguiente década el actual ingreso per cápita, calculado en 1.700 dólares, la economía tendría que crecer a un 9%, pero Bolivia no podrá superar ni el 5% “a menos que se hagan inversiones productivas importantes” en un corto plazo, agregó.

Gumucio señaló que las inversiones en la industria en los últimos años “se circunscribieron principalmente a la reposición de activos y no al incremento de capacidad productiva”, debido a la incertidumbre reinante en el país desde los conflictos de 2003 y la insuficiente capacidad para la provisión de gas al sector.

Por lo que pidió al Gobierno de Evo Morales que en 2011 dé prioridad a los proyectos energéticos a favor del mercado interno y un impulso a la actividad empresarial privada.

“No es sano en ninguna economía sustituir la industria privada por industria estatal, esto incrementa la incertidumbre, empeora el clima de negocios, ahuyenta la inversión y distorsiona el mercado, porque introduce competencia desleal”, añadió.

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