PIEB • Aporte de la mujer cruceña al desarrollo

La socióloga Elisa Saldías realiza un amplio estudio sobre el papel de la mujer trabajadora de Santa Cruz, aporte importante para el desarrollo de su región, haciendo énfasis en aquellas insertas en el trabajo no-mercantil sin retribución, y aquellas del sector formal e informal en situaciones adversas.

El tema fue disertado en las “V Jornadas de Investigacruz” desarrolladas en la ciudad de Santa Cruz, la semana pasada.

Saldías explica que la exposición es un adelanto del estudio que realiza el Instituto de Investigación de la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno (UAGRM).

“Esta investigación pretende mostrar una visión diferente al desarrollo regional desde una perspectiva integral y de género tomando en cuenta el trabajo mercantil y no mercantil que realizan las mujeres”.

Define que el trabajo mercantil se refiere a la incorporación al mercado laboral tanto en el sector formal e informal.

El trabajo no mercantil está relacionado con la economía del cuidado y atención de la familia, que implica garantizar la reproducción social de la población departamental.

“De acuerdo a cálculos de UNICEN se videncia que este tipo de trabajo no es valorado, ni pagado; sin embargo es el que sustenta el desarrollo humano sostenible en las sociedades, en este caso de Santa Cruz. Si es que tuvieran que pagarnos a las mujeres por el trabajo que realizamos en el hogar, los estados tendrían que invertir la mitad de sus ingresos nacionales”.

Afirma que el trabajo no-mercantil, en el ámbito del hogar de la familia subvenciona la calidad de vida de la población en su conjunto.

A partir de estas premisas explica que la vocación y actividades económicas de Santa Cruz están articuladas a la agroindustria, servicios y a la dinámica y circulación de capital proveniente de recursos transnacionales y de los hidrocarburos. Esta visión se fundamenta en los planes de desarrollo departamental.

“Nosotros planteamos que el crecimiento económico es un medio pero no un fin en sí mismo y que además, desarrollo implica garantizar la calidad de vida de hombres y mujeres. Desde esa perspectiva, si bien es cierto que en Santa Cruz hay un avance de la industria de la agricultura, también se genera una inequidad social y económica, en la medida en que las mujeres que se insertan al mercado laboral trabajan en formas adversas”.

Informes del Centro de Estudios de Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA) señalan que las mujeres en el trabajo formal perciben un salario menor por igual actividad que los varones. En el caso de mujeres con poco o ningún nivel de instrucción reciben el 40% de salario en comparación a hombres de igual instrucción.

Una mayoría de las mujeres no acceden a los beneficios de seguridad social a largo y corto plazo. Están expuestas a niveles de contaminación que le afectan a su salud, en el caso de las gasolineras.
Las asalariadas del hogar perciben remuneración menor y están expuestas a agresiones físicas y acoso sexual.

Las mujeres que trabajan en el sector informal, también se encuentran en condiciones adversas, si bien gozan de un horario flexible, al improvisar negocios están sujetas a ingresos bajos.

La socióloga informa que el 72% de la población económicamente activa de mujeres están insertas en el trabajo informal, y el 38% en el mercado formal. El Estado es uno de los mayores empleadores en la educación y salud.

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