Nueva economía • La desaceleración pasa factura • 08/04/2017

La mayor parte de las empresas e instituciones de servicios sociales, financieros y otros servicios empresariales realizaron ajustes en el empleo en la gestión 2016, a pesar de que fueron moderadamente afectadas por la desaceleración económica. Optaron por reducir la plantilla y, por lo tanto, sus costos laborales, en previsión de una disminución de sus ganancias futuras.

Así lo muestra la primera encuesta virtual de percepción aplicada por el Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla), entre mayo y agosto del 2016. La EV-CEDLA es una encuesta de carácter cualitativo, que no tiene una representatividad estadística, pero la información brindada es útil para aproximarse al conocimiento de la realidad laboral en las diferentes coyunturas, recuperando la visión y las opiniones de los propios trabajadores.

A la encuesta respondieron 128 personas, en su mayoría residen en La Paz-El Alto y son titulados universitarios, menores de 50 años. Dos de cada tres son hombres. Entre abril y julio de 2016, el 74% estaba ocupado y el 23% no trabajaba pero buscaba trabajo, dejando ver que un porcentaje importante de profesionales y estudiantes universitarios, estaban enfrentando problemas para encontrar un empleo.

El despido por razones de interés de la empresa/ institución fue el principal mecanismo utilizado para enfrentar las variaciones negativas de la demanda o, simplemente, como una vía para ahorrar en los costos laborales, asignando la misma carga de trabajo a menos trabajadores.

La renuncia aparece como una causa menos frecuente, pero los participantes la relacionan con ciertas condiciones laborales como el mantenimiento de bajos salarios, la exposición a jornadas prolongadas, la delegación de múltiples tareas, la falta de beneficios complementarios al salario, e incluso el clima laboral, es decir, con factores asociados con la gestión empresarial y no necesariamente con las decisiones del trabajador.

En comparación con 2015, se reportan cambios en las relaciones contractuales que inciden en el deterioro de las condiciones de trabajo en las empresas/ instituciones. No solo porque menos trabajadores realizan el mismo volumen de tareas, sino porque hay más personal contratado en forma temporal, por producto o servicio. Además, la mayoría de los encuestados opina que actualmente el personal debe responder a una asignación flexible de tareas en función de las necesidades de los empleadores, es decir tienen que ser polivalentes y versátiles para adaptarse a nuevas exigencias.Los consultados ven que la estabilidad laboral abarca a un reducido porcentaje de los trabajadores de su empresa/institución y, ni siquiera está garantizada para quienes tienen un buen desempeño.

Esta mirada coincide con los indicadores oficiales de empleo y, aunque la incertidumbre laboral no es un fenómeno reciente, piensan que ahora más que antes, permanecer en el mismo empleo está siendo más difícil para la mayoría, señala el análisis del Cedla.

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