Minería de Bolivia • Operaciones mineras y construcción impulsaron crecimiento en 2009

14 de diciembre de 2009.- La actividad minera, pese a la caída de los precios internacionales, continuó liderando la producción con una expansión del 13,2%.
La minería, la construcción, el consumo interno y la inversión pública, a pesar de la baja ejecución, fueron los sectores que impulsaron el crecimiento económico de 3,1% durante la gestión 2009, según afirman las proyecciones realizadas por el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas en base a datos del Índice General de Actividad Económica (IGAE), del Instituto Nacional de Estadística (INE).
El ministro del área, Luis Arce, informó que la actividad minera, pese a la caída de los precios internacionales, continuó liderando la actividad productiva con una expansión del 13,2% y aunque el sector sigue produciendo, no lo hace en la magnitud del 60 por ciento, como se dio el año pasado, que fue histórico y que no se prevé se repita.
CONSTRUCCIÓN
La construcción, en los primeros tres meses creció en 7,3 por ciento, luego de seis meses llegó a 7,9 por ciento gracias a la actividad privada (edificación de viviendas y edificios en general) llegó a un crecimiento cercano al 10 por ciento.
Según datos del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla), la crisis golpea en forma persistente a la construcción, la industria manufacturera, en forma transitoria a la minería, y el comercio que comienzan a mostrar señales de recuperación y tiene menor impacto en los servicios, excepto los financieros, cuyo crecimiento e incidencia porcentual, se reducen fuertemente por la lenta evolución de la cartera, debido a la disminución de las tasas de ganancia y de las inversiones en esta coyuntura de crisis global.
DEMANDA AGREGADA
En el nuevo escenario de crisis, se evidencian importantes modificaciones en la demanda agregada en el país. De un año a otro, se reduce el crecimiento del consumo final de los hogares y se contraen la inversión privada nacional y extranjera. El consumo de los hogares pasa de un crecimiento de 6,2 por ciento a sólo 3,6 por ciento y su incidencia en la demanda final disminuye de 4,3 a 2,5 por ciento.
Siguiendo la composición de la demanda final en 2009, un porcentaje cada vez mayor pasa a depender del consumo de los hogares, en un escenario de menor disponibilidad de ingresos familiares, por efecto del desempleo, la incertidumbre laboral, los bajos salarios y la disminución en el flujo de remesas de los trabajadores bolivianos en el exterior.
Esta recomposición de la dinámica del producto y de la demanda agregada han tenido un impacto negativo en el empleo y su calidad, en particular, en los rubros empresariales que producen bienes transables con el exterior, lo que ha ocasionado el aumento de la tasa de desempleo y por primera vez en el curso de la década, de la ocupación en el llamado sector informal urbano.
DESEMPLEO
En la gestión presente se destruyeron más empleos de los que se pudo crear. El grado en que la crisis ha llevado a la pérdida de empleos se observa a través de la tasa neta de creación de empleo entre julio de 2008 y julio de 2009; mientras la economía generó empleos a un ritmo del 4,8% anual, la destrucción de empleos alcanzó una tasa de 8,9%.
Con estas variaciones, la tasa de creación neta de empleos fue negativa en 4,1%. Este saldo negativo se presenta en todas las actividades económicas, sin embargo, la caída del empleo a tasas superiores al promedio fue en el transporte y también la construcción.
En cifras absolutas, se estima que durante esta gestión se habrían destruido cerca de 74.000 empleos en las ciudades del eje, 25.000 en el comercio, 16.000 en la industria, otros 13.000 en transporte y comunicaciones y cerca de 10.000 en la construcción. En los servicios, el número de empleos perdidos fue el más bajo, con 8.611, por el peso que tiene en este sector el empleo en la administración pública
Entre julio de 2008 y julio de 2009, la tasa de desempleo abierto, se elevó del 10,2% al 11,0%, es decir en 0,8 %. El aumento del desempleo fue mayor entre los hombres, pasando del 7,6% al 8,9%, mientras que entre las mujeres siguió siendo alto y permaneció en un nivel del 13,3%, con una ligera variación en comparación con la gestión 2008.

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