Jornadanet • Bolivia tiene el salario mínimo nacional más bajo de la región
El pasado año el salario mínimo nacional en el Bolivia llegó a 63 dólares y es considerado el más bajo de los países de Sudamérica debido a que está cinco veces por debajo del que rige en Argentina, más de cuatro veces por debajo de Chile y casi tres veces por debajo de Brasil, para mencionar solamente a los países limítrofes. Se trata de un informe elaborado de acuerdo a una investigación realizada por el Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA) basado en información otorgada por la Universidad de Belgrano, Argentina, con referencia a esa gestión. Esta brecha salarial respecto a otros países de la región ya se presentaba el 2006 sin alcanzar la dimensión que tiene el 2008. Otro estudio realizado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en el 2006, mostraba que el salario mínimo era 2,6 veces menor que en la Argentina; 1,8 veces inferior al de Chile y 1,2 veces menor al de Brasil, lo que permite determinar que el rezago en el país está creciendo. La contención salarial ha tenido tal dimensión y permanencia en el tiempo en Bolivia que hacia el 2008 no fue posible evitar su deterioro real y en este último año su poder adquisitivo se había reducido en 1,2%. Se puede señalar que entre el 2000 y 2008, el salarío mínimo real creció apenas en un 1,6%, lo que hace referencia a un mantenimiento precario de su poder adquisitivo en un nivel muy bajo, equivalente a menos de la mitad del costo de una canasta normativa alimentaria (47,3%). De esta manera se evidencia que la determinación del salario continúa siendo una de las piezas clave para la contención en el país, prueba de ello es que en términos reales se ubica actualmente por debajo del nivel de 2002. En la medida en que el salario mínimo es un referente para la fijación de los salarios de los trabajadores menos calificados, eventuales y con contratos atípicos ñquienes representan un elevado porcentaje del totalñ su monto y evolución inciden en el comportamiento general de los salarios. La influencia del salario mínimo en la evolución del medio urbano se verifica con la información disponible para el 2005. Por un lado, una comparación regional realizada por la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) reporta que como sucede Bolivia (junto a Ecuador) presenta el salario promedio urbano más bajo de la región; 3,5 veces inferior al de Argentina; 2,4 al de Chile; 1,5 al de Brasil y 1,4 al de Perú. Hacia el 2008, luego de experimentar una pérdida de su poder adquisitivo equivalente al 3% cada año, el salario promedio urbano llegaba a Bs 1.463 (el equivalente a 200 dólares), de acuerdo al estudio de CEDLA. Otro aspecto destacado por este estudio es que la situación de los salarios se deteriora cada vez más en el país por la forma desproporcionada en que se reparte la riqueza generada entre el capital y el trabajo. Es decir que la parte del ingreso disponible que queda en manos de los trabajadores asalariados es muy reducida y ha disminuido en el transcurso de los últimos años: del 35,0%, registrado el 2000 al 24,6% en el 2007. En cambio, la parte de la que se apropia el capital se mantiene en torno al 50%, expresando el grado al que ha llegado la explotación del trabajo aún en presencia de altas tasas de crecimiento económico como las que se observaron en los últimos años. A partir de estas tendencias se puede concluir que el comportamiento de los salarios y, por extensión de otros ingresos del trabajo en el país, tiene una lógica que responde básicamente a los intereses del capital antes que a garantizar mejores condiciones de vida para los trabajadores. Es decir que la ofensiva contra el trabajo propiciado por las políticas neoliberales sigue vigente, colocando al salario como una variable central de ajuste para posibilitar el mantenimiento y ampliación de los niveles de rentabilidad, así como la estabilidad de precios. Esta transferencia de costos, desde el capital y el Estado hacia el trabajo, se convierte en una constante que lleva a un rezago salarial sin precedentes y contribuye a elevar la precariedad laboral de la mayor parte de los trabajadores en nuestro país. Para mayor información haga click aquí
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