El Diario • Empleados de cinco regiones tienen salarios más reducidos

Una encuesta del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla) realizada el pasado año en cinco ciudades, La Paz, El Alto, Cochabamba, Santa Cruz y Potosí revela que los trabajadores tenían un salario promedio de 1.056 bolivianos y las mujeres obreras ganan 634 bolivianos. Los empleados contaban con un sueldo de 1.700 bolivianos y las empleadas contaban con un ingreso de 1.360, remuneración que está lejos de un salario adecuado, en comparación con los 7.000 mil bolivianos planteados por la Central Obrera Boliviana (COB) en el pliego de peticiones al actual Gobierno. Además, de acuerdo con el investigador Bruno Rojas, la gran brecha salarial entre hombres y mujeres se mantiene. La misma encuesta establece que 72 de cada 100 obreros y 56 de cada 100 empleados ganaban en 2008 un salario igual o inferior al que alcanzaría para cubrir una canasta alimentaria para un trabajador y su familia, es decir, 1.288 bolivianos. La situación de los obreros de El Alto es más dramática, puesto que 86 de cada 100 ganan apenas lo suficiente. El estudio se basa en plantear que la situación de los trabajadores alteños en términos de ingreso es la más baja, puesto que hay varias necesidades al interior de una familia integrada como mínimo por cinco miembros, quienes no llegan a cubrir las necesidades de vestido, vivienda, educación, salud y transporte. En tal sentido, una reposición del 12 y 14 por ciento, tal cual establecen los decretos planteados por el actual Gobierno no tienen un efecto en la mejora de los salarios y mantienen la situación de pobreza y postergación de gran parte de los trabajadores del país, estableció el investigador Rojas. Los decretos de “incremento salarial” no cambian la situación de pobreza de los trabajadores Los salarios no alcanzan para “vivir bien”. Las recientes medidas de incremento de salarios para los trabajadores de los sectores público y privado tendrán un insignificante impacto en los ingresos laborales. A una reposición del 12 y 14 por ciento no tienen un efecto en la mejora de los salarios y mantienen la situación de pobreza. Según el Índice de Precios al Consumidor (IPC), los costos de los productos y servicios básicos, durante 2008, se encarecieron en casi un 12 por ciento. El incremento salarial determinado por el Gobierno toma como referencia esta variación, por lo que, en realidad los salarios no son incrementados, sino que logran una reposición ante la pérdida de su poder adquisitivo en la misma proporción que subieron los precios. Ahora bien esta reposición se la hace tardíamente, a un año del anterior “aumento salarial” de 2008, está lejos de mejorar efectiva y oportunamente la capacidad de compra de los salarios y sueldos. El Salario Mínimo Nacional (SMN) vigente es el más bajo en comparación al establecido en otros países sudamericanos, como se publicó la pasada semana en EL DIARIO. Un estudio del Cedla muestra que en 2008 el mínimo nacional de 577.50 bolivianos era cinco veces menos que el salario fijado en Argentina y aproximadamente cuatro veces inferior al de Venezuela. Si bien entre 2000 y 2008 el salario mínimo tuvo un incremento nominal de 335 a 647 bolivianos, en términos reales el aumento fue de 1,6 por ciento, es decir, casi nada. “De hecho, el nuevo salario mínimo equivale a tan sólo la mitad de lo que un trabajador necesita para el alimento de él y su familia (1.288). De esta manera, la política de fijar mínimos nacionales, como lo hace el Gobierno actual, simplemente favorece a los empresarios, en la medida en que le garantiza contar con fuerza de trabajo barata. Esta brecha salarial respecto a otros países de la región ya se presentaba en el 2006, sin alcanzar la dimensión que tiene el 2008. Otro estudio realizado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en el 2006, mostraba que el SMN era 2,6 veces menor que en Argentina; 1,8 veces inferior al de Chile y 1,2 veces menor al de Brasil, lo que permite determinar que el rezago del SMN en el país está creciendo”. La misma investigación destaca que el salario promedio mensual que ganaban los trabajadores/as bolivianos/as el año 2005, figuraba entre los más bajos de los países sudamericanos, por ejemplo, 3,5 veces menor al de Argentina. Entre el 2006 y 2008 esta situación no cambió. En consecuencia, un nuevo incremento en el mínimo nacional y en los salarios para los sectores público y privado tiene un efecto insignificante. Para mayor información haga click aquí

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