El Caribe.com • Unicef denuncia que en Bolivia hay 845.000 niños trabajadores
La explotación laboral de niños, niñas y adolescentes es uno de los problemas críticos del país; informó la agencia argentina «Rebanadas de Realidad». Ayer, El Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) presentaron el estudio Sin tiempo para soñar, en el que se detectó que 6.450 niños y adolescentes trabajan en la zafra de la castaña en condiciones de explotación, pues reciben un sueldo de 600 bolivianos los hombres y 300 bolivianos las mujeres. La coordinadora de la investigación, Silvia Escóbar, explicó durante la presentación del informe que entre 2007 y 2008 trabajaron en la zafra de la castaña alrededor de 2.600 niños y niñas y un poco más de dos mil adolescentes. En el procesamiento del producto recolectado trabajaron 450 niños y 1.400 jóvenes. En la época de la colecta, que es entre diciembre y marzo, trabajan desde las siete de la mañana y las cinco de la tarde, y permanecen en la zafra un promedio de 67 días. En el descascarado, que es entre abril y noviembre, dos de cada tres niños y adolescentes trabajan durante cinco días a la semana entre las dos de la madrugada y siete de la mañana, luego van a la escuela, muchos de los cuales se duermen por falta de energías. Los menores de edad ejecutan la labor en condiciones infrahumanas, expuestos a las picaduras de serpiente venenosas, de los mosquitos y a enfermedades como el paludismo y la malaria, que son típicas de los departamentos de Beni y Pando, donde se realiza este tipo de actividad. Son cuatro municipios de esos departamentos orientales donde se realiza la labor: Riberalta (Beni), Gonzalo Moreno, San Lorenzo y Puerto Rico (Pando), catalogados como el corazón de la zona castañera. “El trabajo infantil está prohibido en nuestro país y está relacionado a la explotación y dependencia laboral. Muchos adolescentes son incluidos en el trabajo en una labor disfrazada como ayudantes de las personas que son contratadas directamente. Su trabajo no está sujeto a las normas laborales vigentes, por tanto es ilegal”, mencionó la investigadora. El informe indica que desde el inicio de la cadena productiva los castañeros de todas las edades soportan condiciones precarias de trabajo y de vida, las cuales representan mayores riesgos para la salud, el desarrollo y la integridad física de los niños y adolescentes. Este sector de la sociedad trabaja igual que los adultos, y a esto se suma que dedican 2,7 horas al día a las tareas domésticas como el acarreo de agua, lavado de ropa y el cuidado de los más pequeños. En la región castañera, el sistema sanitario tiene serias limitaciones por la deficiente calidad y la escasa cobertura por la falta de una infraestructura adecuada y falta de personal, lo que hace que los niños y adolescentes sufran de enfermedades permanentes como la diarrea, resfríos, picaduras de mosquitos, malaria, dengue y muchos otros. Gobierno alista norma para erradicar trabajo infantil El ministro de Trabajo, Calixto Chipana, anunció ayer que en próximos días el Gobierno emitirá un decreto supremo con una “lista de trabajos prohibidos para los niños y adolescentes” con el objetivo de erradicar el trabajo infantil. Se anticipa que los infractores serán sancionados. La autoridad gubernamental señaló en la presentación del estudio que los niños y adolescentes, por ejemplo, no podrán trabajar en la zafra de castaña, en la zafra de caña de azúcar y en la minería. Los infractores serán enjuiciados en caso de que violen la normativa que se pondrá en vigencia. Informó que en los próximos días conformará una comisión con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia para verificar in situ las denuncias de que niños y adolescentes son explotados sin control en la zafra de la castaña, en el norte de la amazonia boliviana. Recordó que la nueva Constitución Política del Estado (CPE) protege a los niños, niñas y adolescentes de la explotación laboral, pero que su cumplimiento forma parte de las políticas de Estado, al que deben sumarse las organizaciones sociales, la población y todas las entidades de la sociedad. Pero los niños también deben ser capacitados para que se cumplan sus derechos contenidos en varias disposiciones legales, como el Código Niño, Niña y Adolescente y convenios internacionales. En tanto, el presidente de la Comisión de Política Social de la Cámara de Diputados, Guillermo Mendoza, aplaudió la decisión del Ejecutivo de penalizar la explotación de los menores de edad porque a lo largo de los años fue una mano de obra barata. Mencionó que en algunas poblaciones hay una ausencia de Estado, por lo que urge sentar presencia. Testimonios de menores trabajadores El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), el Instituto Humanista para la Cooperación con Países en Desarrollo y el Ministerio de Trabajo y Previsión Social impulsaron la investigación denominada Sin tiempo para soñar: Situación de los niños, niñas, adolescentes y sus familias en la zafra y el beneficiado de la castaña, trabajo elaborado por el Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla) en colaboración con Real Data – Investigación Social y Estudios Empresariales. Los investigadores recogieron varios testimonios de niños y adolescentes que trabajan en la zafra de la castaña. “Ya no quiero ser una castañera, porque me doy cuenta que es feo ser así. Triste es la vida de un castañero”, dice Valeria, una obrera de este sector. “Yo obligada tenía que cargar, porque a veces mi mamá traía una caja y media, y yo, dos; mi otro hermano, dos, y mi sobrinito venía delante, primerito”, señala Lina, adolescente de 14 años. “Yo en mi casa me pongo a trabajar. Voy al monte a ayudarle a mi papá a castañear en la época de la almendra. De ahí, siempre voy a coger fruta para los chanchos. De ahí, llegaba de allá y me ponía a lavar. A veces mis hermanos cocinan, a veces nosotros (refiriéndose a su hermana”, dice Rebeca. “Más vale trabajar ahí que meterse en la droga o algo mal por andar en las calles. Se meten en drogas por no ayudar a su madre. Paran por ahí, prefieren meterse en las curas”, testimonia Samuel, quien tiene 14 años. “Uno a veces se queda en casa y se aburre, uno sale al monte, uno tiene que ir a ayudar. Uno harto se ensucia (en la zafra) y depende de cuántas cajas cargues, cansa eso pues. Es aburrido como también peligroso, porque le puede caer un coco de arriba o algo, o una víbora le puede morder”, subraya Susana, quien trabaja en el recojo de castaña, tiene 14 años. Para mayor información haga clic aquí/a>
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