Alternativa Socialista Revolucionaria • Bolivia: Trabajadores bolivianos en la lucha por un salario digno

Después de una lucha de varias semanas que incluyó una huelga de hambre, numerosas marchas y manifestaciones y culminó en una huelga de maestros que duró 18 días, el 23 de mayo la Federación del Magisterio Urbano de La Paz decidió suspender la huelga y terminar la lucha. Tomó esta decisión a pesar de que su reivindicación principal de un aumento salarial de 12%, en vez del 5% propuesto por el gobierno del MAS, no fue atendida.

Marcó el final de la lucha más importante de los trabajadores desde que empezó el gobierno de Evo Morales y el MAS. Aunque el gobierno logró imponer el incremento salarial de 5%, no fue una perdida total. Los trabajadores lograron mostrar la fuerza potencial que tiene, vencieron los ataques más importantes del gobierno y ganaron algunas concesiones en el proceso.

Además, si los trabajadores sacan las lecciones necesarias de la perdida de hoy, podrían salir de esta lucha mucho más fortalecido y asegurar victorias mil veces más importante el día de mañana.

¿Cuáles son las lecciones más importantes de esta lucha? Primero, que ningún gobierno, ni de la derecha ni del MAS, nos va a regalar una mejor vida. Los trabajadores necesitamos un programa propio y tendremos que organizarnos, movilizarnos y luchar para conseguirlo.

Segundo, los trabajadores precisamos de un mayor control sobre nuestros sindicatos y dirigentes. Necesitamos una democracia sindical que nos permita elegir dirigentes capaces de unir a los trabajadores y prepararnos para una lucha independiente por nuestras reivindicaciones históricas.

Tercero, un aumento salarial consecuente como el 12% implica una lucha de clases para cambiar la distribución de la riqueza en este país. Si no controlamos nuestra riqueza, si se queda en manos de algunos cuantos ricos, entonces nunca habrá dinero para los trabajadores, campesinos indígenas y pobres.

Un aumento de 12%, y mucho más un salario digno, requiere movilizaciones para nacionalizar todas las transnacionales y empresas grandes bajo el control democrático de los trabajadores y el pueblo boliviano. Requiere una movilización de los campesinos para quitar la tierra de los latifundios y ponerla bajo el control democrático de los campesinos indígenas.

Si la clase trabajadora aprende estas lecciones, entonces no sólo vamos a poder ganar un aumento salarial de 12%, sino vamos a poder encabezar la lucha por los verdaderos cambios revolucionarios y socialistas que nos garantizarán un salario y una vida digna.

Los trabajadores lograron defender el derecho fundamental a la huelga

Aunque los trabajadores no ganamos un mayor incremento salarial, nuestra lucha no fue en vano. Pocos recuerdan, pero la propuesta inicial del MAS lanzado en marzo fue un ataque extremo a la clase trabajadora. Artículos 234 y 255 de la propuesta original del nuevo Código Laboral criminalizaron la huelga y la protesta de los trabajadores públicos con sanciones de entre uno y cinco años de cárcel.

A pesar de que la dirección nacional de la COB, encabezado por Pedro Montes, había acordado los cambios con el MAS, contra este ataque hubo a una seria de protestas dirigida por los trabajadores fabriles en varios departamentos.

Frente a estas movilizaciones, el gobierno retrocedió y el Vicepresidente, Álvaro García Linera terminó declarando, “El Presidente Evo Morales ha decidido que… no son documentos oficiales, no tienen ningún reconocimiento oficial y ha instruido que sean retirados de cualquier diálogo o debate”. Así, los trabajadores vencieron los ataques más reaccionarios del gobierno.

Además, protegimos nuestros bonos y ganamos avances importantes en cuanto a la jubilación, logrando bajar la edad de jubilación de 65 años a 58 y 56 para los mineros.

La necesidad de un programa independiente de los trabajadores

Desde el principio, la gran mayoría de los trabajadores hemos apoyado el gobierno del MAS, votando por ello en las elecciones y defendiéndolo contra los ataques violentos de la oposición derechista.

Hemos apoyado para asegurar que la derecha neoliberal no vuelva y porque reconocimos que las nacionalizaciones parciales y los programas sociales son pasos importantes que han mejorado, aunque de manera insuficiente, la vida de las masas.

No obstante, el apoyo de los trabajadores no significó que el MAS fue un partido de trabajadores que luchaba directamente por nuestros intereses. Tampoco significó que la clase trabajadora podía descansar, esperando que el gobierno del MAS nos regalara una mejor vida. Ninguna clase oprimida se ha liberado de esta manera. La libertad requiere organización y un programa independiente de lucha.

Los trabajadores en Bolivia siempre necesitamos un programa propio para luchar directamente a favor de los intereses de la clase trabajadora. Al final de cuentas esto implica la necesidad de construir un partido de trabajadores. Pero no es menos necesario cuando por razones coyunturales luchamos en alianza con o dentro de un partido más amplio como el MAS, con intereses de varios clases y sectores.

La necesidad de tener un programa propio y una perspectiva de lucha independiente se puso aún más claro para los trabajadores cuando el MAS empezó a hacer concesiones y formar pactos con sectores de la oposición derechista. Las acciones del gobierno ahora frente a la lucha de los trabajadores la confirma cien porciento.

Las tergiversaciones y los ataques del MAS

Desde el inicio de esta lucha, el gobierno utilizó la tergiversación e imposición para debilitar y derrocar la lucha de los trabajadores. Pintaron la clase trabajadora como un grupo de caprichosos insatisfactorios y acusaron a los dirigentes luchadores de ser agentes infiltrados de la derecha.

Repitió numerosas veces que el salario de los trabajadores ha aumentado 41% entre 2006 y 2009. Pero nunca mencionó que el salario real ha bajado debido a la inflación. Según el Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA) en 2006 el costo de la canasta alimentaria para un hogar de cinco miembros fue 1037 Bs. mientras en 2009 fue 1407. Los últimos datos del INE indican que el salario medio real en 2005 fue 656 Bs. y en 2008 fue 637 Bs. (http://www.bolpress.com/art.php?Cod=2010050601)

Si bien la inflación oficial en 2009 sólo fue 0,26%, todos los que van al mercado para comprar carne, queso, fruta o vegetales saben que los precios de la canasta familiar siguen disparando.

Además, después de cinco años de elecciones y luchas victoriosas en contra de la derecha, los trabajadores tenemos el derecho de exigir no sólo la recuperación del salario real que han perdido en los últimos cuatro años, sino que un mejoramiento en nuestra condición de vida también.

A pesar de sus intentos de justificar el aumento de 5%, el gobierno sabe que los trabajadores no podrán cubrir sus necesidades básicas con ello. El viceministro, Gustavo Torrico, lo admitió por accidente cuando sugirió que los trabajadores deben acostumbrarse “a vivir con pan y café”.
Consciente de la deficiencia de su propuesta, el gobierno recurrió a la imposición y agresión. Cerró el tema sin debate y envió numerosos ministros para declarar que la propuesta es “inamovible”, “innegociable”, “definitiva” y que “no hay vuelta que dar”.

García Linera salió con frecuencia para atacar la dirigencia “trotskista” del magisterio paceña, acusándola de ser de la “derecha conservadora” y Morales dio eco a esto diciendo, “parece que hay infiltración de la derecha para confundir a los trabajadores”.

Pero los ataques no sólo fueron verbales, especialmente cuando el movimiento cobró un poco de vida. El 4 de mayo marcó el inicio de la huelga de los maestros y vio movilizaciones de miles de trabajadores fabriles, de la salud y de educación. En La Paz, donde se realizaron las movilizaciones más grandes, la manifestación fue reprimida y 15 trabajadores fueron detenidos.

Cuando la huelga de los maestros creció, el MAS movilizó la Federación de Padres de Familia de El Alto para marchar en oposición a los trabajadores, provocando enfrentamientos físicos.

Todo esto muestra que la única esperanza que los trabajadores tienen para ganar un aumento salarial significante hoy en día y una vida digna en el futuro cercano depende de su capacidad de desarrollar un programa independiente, organizarse, movilizarse y luchar por ello.

En las fábricas, los sitios de trabajo, sindicatos, barrios pobres e incluso dentro del partido del MAS, los trabajadores deben organizarse y articular las reivindicaciones que responden directamente a los intereses básicas de la clase trabajadora.

Deben ligar estas reivindicaciones con las de los campesinos indígenas por la tierra y desarrollar un programa socialista para luchar y lograr los cambios. Este trabajo debe dirigirse conscientemente a la construcción de un partido socialista revolucionario de trabajadores, campesinos indígenas y pobres.

Por la democracia sindical y dirigentes sindicales militantes

Sin duda, los ataques del gobierno tuvieron un impacto sobre los trabajadores y la opinión popular. Pero la causa principal de la perdida de esta lucha fue la falta de una dirección sindical capaz de y dispuesta a unir, preparar y movilizar la clase trabajadora para ganar la lucha.

Desde el principio, cuando el MAS propuso un Código Laboral privando los trabajadores públicas del derecho de hacer huelgas, la dirección nacional de la COB fue dispuesta a aceptarlo. Esto tiene que ver con la subordinación de algunos dirigentes de la COB a la burocracia del MAS. Entre estos dirigentes se encuentran diputados del MAS.

Cuando los fabriles, maestros y trabajadores de salud tuvieron éxito en la movilización de sus bases para derrumbar estos ataques y rechazar la propuesta del aumento salarial de 5%, la dirección nacional de la COB se vio forzado a mostrar una fachada de lucha o correr el riesgo de perder toda la credibilidad ante las masas.

Llamaron una huelga general indefinida pero no hicieron nada para asegurar el éxito de la huelga. No movilizaron las bases de otros sectores de la clase trabajadora para masificar la lucha y poner más presión al gobierno. No difundieron propaganda en masa para explicar las demandas de los trabajadores y ganar el apoyo del pueblo.

No intentaron ligar las demandas de los trabajadores con las demandas de otros sectores en lucha, como los campesinos de Caranavi o del Movimiento Sin Tierra. No organizaron piquetes, ni bloqueos, nada. Solamente hicieron la llamada, esperaron el fracaso inevitable y se aprovecharon de la desilusión y división de los trabajadores para justificar un acuerdo con el gobierno.

¡No podemos ganar un aumento salario justo con esta dirección! Necesitamos una dirección dispuesto a hacer todas las preparaciones, buscar todas las formas de unir a los trabajadores, juntar nuestra lucha con otros sectores y luchar con seriedad.

Todos los dirigentes sindicales y trabajadores de base que son socialistas y revolucionarios debemos organizarnos y movilizarnos para convocar un nuevo congreso del COB para elegir una nueva dirección, postulando candidatos donde sea posible y haciendo todo lo posible para fortalecer la democracia de base de la COB y sacar a los burócratas conservadores de la dirección sindical.

Un aumento salarial de 12% implica una lucha de clases, un salario digno requiere el socialismo

Las imposiciones y agresiones del gobierno son difíciles de soportar y hay que luchar en contra de ellas. Asimismo, el raíz del problema es más profundo. Es el programa reformista del MAS. El gobierno pretende hacer una “revolución social” dentro del capitalismo a través de cambios legales, poco a poco. Pero toda la experiencia no enseña que el reformismo no es capaz de garantizar las necesidades básicas a la clase trabajadora, los campesinos indígenas y las masas empobrecidas, mucho menos dirigirnos al socialismo.

Cuando el Ministro de Finanzas dice que no hay dinero para un mayor aumento salarial, que “no se puede exigir algo que no se va a dar”, en la superficie es cierto. Pero hay que preguntar: ¿por qué no hay dinero?

La respuesta es clara: casi toda la riqueza que tiene Bolivia todavía se encuentra en las manos de las transnacionales, los empresarios elites y los latifundistas.

No hay dinero para los trabajadores precisamente porque los capitalistas siguen saqueando la gran parte de la riqueza que los trabajadores y campesinos producen.

Entre 2006 a 2009, las transnacionales mineras sacaron más de $4,400 mil millones de en ganancia y durante este mismo periodo, solamente pagaron $220 millones (menos de 5%) al estado boliviano.

Ésta y las demás industrias deben estar controladas democráticamente por los trabajadores en conjunto con el pueblo boliviano. Así, habría dinero para un aumento salarial de 12% y mucho más. Sería posible garantizar un salario digno, la estabilidad laboral, una vacación, el seguro médico y la jubilación a todos los trabajadores. ¡Todo esto es posible!

¡Trabajadores, no es hora de lamentar los fracasos de ayer! ¡Aprendamos las lecciones, desarrollemos nuestro programa, fortalezcamos nuestros sindicatos y hagamos nuestras las luchas de mañana!

Para mayor información haga clic aquí

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *