Ernesto Justiniano • CEDLA precisa factores que lo inviabilizan: Industrializar el gas es mucho más los deseos
Bolivia está muy lejos de poder industrializar el gas en su territorio y más lejos aún de utilizar los millonarios beneficios que genera esta actividad para impulsar el desarrollo nacional y ofrecer una mejor calidad de vida a su población, advierte un informe del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla). “No existe aún la empresa estatal que impulse los proyectos industriales, no hay estudios ni proyectos serios, no hay dinero para cubrir las millonarias inversiones y, por ahora, no hay gas suficiente para cubrir al mismo tiempo los mercados de exportación y los planes de industrialización”, señala el informe. Además, según el CEDLA, la actual política energética no considera, en los hechos, la industrialización del gas como una verdadera prioridad nacional. “Esta política prioriza, por el contrario, la generación de excedentes a partir de la exportación de materias primas a los mercados externos”. La actual producción de gas, cercana a los 40 millones de metros cúbicos diarios (MMmcd), sólo alcanza, en el mejor de los casos, para abastecer a los mercados de Brasil, Argentina y cubrir el consumo del mercado interno. De ejecutarse todos los proyectos de industrialización previstos en la Estrategia Nacional de Hidrocarburos, se requerirían 12 MMmcd, lo que no podría ser cubierto aún en el caso de mantenerse la caída de la demanda brasilera de alrededor de 8 MMmcd. Al menos, por ahora, la prioridad gubernamental es cumplir con los compromisos de exportación de materia prima, quedando relegada la posibilidad de una industrialización para un futuro aún incierto. Este escenario se complica aún más ya que Bolivia no tiene actualizadas sus reservas certificadas de gas por lo que no conoce cuánto gas tiene en su territorio y menos cuál es su potencial, que son aspectos fundamentales para definir sus planes de exportación y/o industrialización, asegura el informe. Por ello, no es casual que la denominada Empresa Boliviana de Industrialización de Hidrocarburos, instituida por la nueva Constitución Política del Estado para llevar adelante esta política, aún no exista, a pesar de que hace más de un año el Decreto 29511 del 9 de abril de 2008 daba un plazo fatal de 60 días para su creación. La disponibilidad de recursos para la industrialización es otro problema mayúsculo, ya que los ingresos que recibe el Estado por la explotación de los recursos hidrocarburíferos se destinan, en su mayor parte, a las regiones y al pago de los bonos asistenciales a sectores vulnerables, quedando muy poco para las actividades de exploración y producción de hidrocarburos y nada para la industrialización. Así, aún ejecutando la transferencia de 300 millones de dólares que el Banco Central entregó a YPFB para la industrialización (30% de los 1.000 millones), el monto sería insuficiente, dado que se requieren al menos 3.500 millones según detalla la propia Estrategia gubernamental. Pero, además, el presupuesto asignado al desarrollo de proyectos de industrialización no sólo que es muy reducido para la magnitud de la tarea sino que ni siquiera se ha ejecutado hasta ahora. Así, en la Estrategia Boliviana de Hidrocarburos se consignaba la construcción de tres polos de desarrollo petroquímico en Villa Montes (Tarija), Entre Ríos (Cochabamba) y Puerto Suárez (Santa Cruz), con un presupuesto parcial de 400 millones de dólares para que en el 2008 se realicen los estudios de pre-factibilidad de una planta de amoniaco-urea, otra de etileno-polietilenos y una de fertilizantes. Pero nada de ello se hizo y la inversión en los proyectos de industrialización fue cero. Otros factores importantes que pesan en contra de la industrialización son, a juicio del CEDLA, la falta de un plantel nacional de profesionales altamente especializado en investigación y desarrollo de proyectos industriales, además del escaso “know how” interno sobre este proceso. Los intentos por avanzar en este ámbito, como es la propuesta oficial de instituir el Centro de Innovación Tecnológica en Hidrocarburos (CITH), para realizar investigación y buscar el desarrollo tecnológico, no han prosperado hasta ahora. DEBATE PRODUCTIVO Ante esta realidad, el estudio considera que urge que el conjunto de la sociedad debata seriamente sobre las condiciones necesarias que una política energética adecuada debería establecer para hacer realidad la industrialización el gas en el país, actividad con la que Bolivia fácilmente podría multiplicar varias veces los ingresos que hoy tiene por la exportación como materia prima, con un fuerte impacto en empleo, desarrollo regional y mejora de la calidad de vida. Para facilitar este proceso, el CEDLA se propone conformar a principios de octubre una “Plataforma de Política Energética”, para compartir y sistematizar información y análisis, generar conocimientos y promover la investigación y el debate público sobre la política energética y, dentro de ella, el futuro de los hidrocarburos en Bolivia En esta iniciativa, plural y democrática, participarían las universidades públicas y privadas, instituciones de promoción y desarrollo, instituciones públicas nacionales y regionales, organizaciones sociales, empresariales, sindicales y vecinales, expertos y especialistas y ciudadanos interesados en la problemática energética. Para mayor información haga clic aquí
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