El Diario • Cedla: Subvención de hidrocarburos es el problema no resuelto de la nacionalización • 18/01/2013

Investigación del especialista en temas energéticos Juan Carlos Guzmán
No es sostenible mantener una matriz energética que sólo dependa de la exportación de los hidrocarburos.

El Diario, La Paz, 17 de enero de 2013.- El problema de la subvención a los carburantes en el país es un problema no resuelto de la denominada nacionalización de los hidrocarburos encarada el año 2006, afirma el experto Juan Carlos Guzmán de la Plataforma Energética del Centro de Estudios Laborales y Agrarios (Cedla).

Según el especialista en temas energéticos, el problema de la subvención a los carburantes deviene de un desequilibrio entre la producción nacional de combustibles y el crecimiento de la demanda que arroja como resultado un déficit que debe ser cubierto a través de las importaciones.

La proyección sobre los datos publicados por Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) muestra que entre la demanda de 8.8 millones de barriles (MMBbl) de diésel y la producción nacional de 4.5 MMBbl se genera un déficit que será cubierto con algo más de 4.8 MMBbl de diésel importado.

En el caso de la gasolina estima, que entre la comercialización declarada y la producción real, se genera aparentemente un déficit que debe ser cubierto con algo más de 4.8 MMBbl de diésel importado. Mientras que entre la comercialización declarada y la producción de gas se generaría aparentemente un déficit de algo más que 1.3 MMBbl. Con el Gas Licuado de Petróleo (GLP) pasaría algo similar pues se generaría un déficit estimado de combustible en 2012 de 27.000 toneladas.

“No producimos la misma riqueza con la misma cantidad de consumo de energía; es decir, consumimos energía y no producimos riqueza, porque hay demasiado consumo improductivo sobre todo en el sector del transporte”, afirma Juan Carlos Guzmán al periódico digital del Programa de Investigación Estratégica de Bolivia (PIEB).

Según las cifras oficiales, el transporte automotor demanda el 65% de la oferta comercial de diésel, el 30% se destina a los sectores de la agroindustria, la minería y la pesca y 5% se destina a la generación de electricidad en los sistemas aislados.

“Es claro entonces que el transporte urbano de elevada capacidad, la agroindustria y las cooperativas mineras son los subsectores más comprometidos en la problemática y sobre los cuales incidirá cualquier medida destinada a cambiar el patrón de consumo actual”, afirma.

MATRIZ INSOSTENIBLE

Según el especialista en temas energéticos, no es sostenible mantener una matriz energética que sólo dependa de la exportación de los hidrocarburos en función de la demanda de los países vecinos, sin contar con la demanda interna, ni políticas y planificación.

Desde el lado de la oferta, señala que el problema se explica por la sostenida caída en la producción del petróleo en el sector, producto de la declinación natural de los campos luego de muchos años de explotación, la interrupción de actividades productivas en varios campos petroleros y la debilidad estatal para generar un régimen contractual que cristalice en volúmenes físicos de petróleo el discurso de priorización del mercado interno.

“Nos preguntamos a seis años de la llamada nacionalización, cómo es posible que la subsidiaria de YPFB no haya repuesto la capacidad de producción del petróleo, que a seis años de nacionalización no estemos hablando de petróleos nuevos. Lo que se ha logrado con los nuevos contratos es una mayor participación en el excedente, seguimos con la tendencia de darle incentivos a las petroleras para que no los produzcan”, expresa.

En coincidencia con varios analistas, el investigador advierte de una caída abrupta de la fracción de petróleo en la producción de líquidos entre los años 2001 a 2005 de un 45 por ciento (%).

SUBVENCIÓN EN CIFRAS

De acuerdo al estudio de la Plataforma Energética del Cedla, el monto neto de la subvención es igual a los costos totales, incluyendo el transporte e intermediario, menos el monto que YPFB percibirá por la venta de los combustibles importados. “Si el costo total de la importación es del orden de 1.248 millones de dólares y -manteniendo el carácter aproximado de nuestras estimaciones-, el valor de las ventas de combustibles importadores llega a 533 millones de dólares. Entonces, el orden de magnitud de la subvención neta será de 715 millones de dólares”, afirma.

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