RFI•¿Por qué la selva amazónica también se quema en Bolivia?
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Primera modificación :
Los incendios en el Amazonas ya han arrasado casi un millón de hectáreas de bosque en Bolivia en tan sólo unas semanas. Un desastre para la fauna y la flora, así como para los habitantes de las zonas afectadas. ¿El origen de estos incendios? La tala y quema son ampliamente practicadas en la agricultura boliviana.
Por Alice Campaignolle, corresponsal de RFI en La Paz
«Yo mismo limpié todo en tres días», explica Emilio, mostrando su «cato» -su cuarto de hectárea-, donde los árboles están en el suelo, donde las ramas se entremezclan sobre la tierra. Dentro de unas semanas, cuando todo esté seco, prenderá fuego a la parcela. Entonces estará lista para el cultivo.
Emilio es del municipio de La Asunta, en los Yungas de La Paz, en la cuenca amazónica boliviana. Si bien los incendios no han devastado miles de hectáreas, las prácticas son las mismas que en Chiquitania, la zona donde se extienden los incendios. Cada año, de agosto a octubre, antes de la siembra, las parcelas se «limpian», es la estación del llamado «chaqueo», el desbrozado.
El fuego, lejos de ser la solución más fácil
Si bien esta es la solución más barata y práctica, «no significa que sea fácil», explica Juan Carlos Ledezma, biólogo y especialista forestal de Conservación Internacional. «Hay que talar árboles de 20 o 30 metros de largo, hay que sacarlos de la parcela para vender la madera. Los bordes del campo deben estar bien limpios para que el fuego no se propague. No, en serio, está lejos de ser la solución más fácil”. Y Emilio nos cuenta que hace dos semanas uno de los líderes de su pueblo murió mientras limpiaba su tierra, «un árbol se deslizó y le arrancó la mitad de la cara».
Se trata de una práctica peligrosa, para el hombre y el medio ambiente, pero que sigue siendo muy utilizada por los pequeños agricultores. En Bolivia, la mayoría de ellos no están equipados para realizar esta limpieza, ni tractores, ni motosierras, y «aunque lo tuvieran, es difícil encontrar combustible», explica Juan Carlos Ledezma. Así que todo se hace con la fuerza de tus brazos. Además, ya no hay ni siquiera una carretera para acceder a la comunidad de Emilio, que fue cortada por un deslizamiento de tierra hace unos seis meses. La erosión y la inestabilidad del suelo son precisamente las consecuencias de estos desmontes masivos.
“Las pequeñas familias, si no chaquean, ¿de qué van a vivir?”
Antes de que el incendio alcanzara la magnitud actual en el este del país; la semana pasada el presidente Evo Morales hizo una breve declaración que impactó en la gente: “Las pequeñas familias, si no chaquean, ¿de qué van a vivir?”.
Estas palabras han conmocionado a los activistas medioambientales, especialmente ahora que los incendios se han extendido y han devastado más de 10.000 kilómetros cuadrados de bosques.
Natalia Calderón es la directora de la Fundación Amigos de la Naturaleza y está muy involucrada en el tema de la deforestación. «Suponemos que se utiliza esta técnica y que no hay nada que podamos hacer al respecto. Por lo tanto, estamos trabajando para mejorar la gestión de los incendios por parte de los agricultores. Que avisen a sus vecinos, que organicen y gestionen los incendios con toda la comunidad, que comprueben las condiciones meteorológicas en los próximos días”, explica. Son «un conjunto de «buenas prácticas» que podrían evitar los gigantescos incendios de las últimas semanas.
El decreto de la discordia
Pero todas las asociaciones expresan la misma frustración con las autoridades gubernamentales y la falta de atención que se presta a la selva en general. En la mira, un decreto presidencial, firmado el 9 de julio, permite la «quema controlada» en las regiones de Santa Cruz y Beni. Un decreto que parece estar en línea con el espíritu general de la política ambiental del presidente Evo Morales: extensión de la frontera agrícola en el oriente del país, en detrimento del bosque -aunque los suelos de estas zonas no son muy productivos-, extracción de hidrocarburos que justifica la deforestación, y además de cuestiones políticas en juego.
Porque la triste realidad está ahí: Bolivia está en medio de una campaña electoral, en menos de dos meses los votantes irán a las urnas a elegir a su nuevo presidente. Sin embargo, como explica Pablo Solón, un activista ambiental que fue embajador de Bolivia ante la ONU: «Antes, Evo Morales no podía poner un pie en Santa Cruz, era persona non grata allí. Hoy ha comprado el voto, no sólo a los pequeños productores, sino especialmente a los grandes terratenientes y pastores. Porque las 350.000 hectáreas de bosque que desaparecen cada año en el país -y que colocan a Bolivia entre los 10 países que más deforestan en el mundo- son obra de grandes productores y ganaderos.
De este modo, el destino de la Amazonía está siendo decidido políticamente, en La Paz, en la sede del gobierno, donde en estos días la vista está bloqueada por un velo permanente de humo… Humo que puede venir de muy lejos, ciertamente de los incendios en la Amazonía.