Opinión • Indicadores sobre la tasa de desempleo • 03/01/2015

Cuando se habla de desempleo, surge una serie de criterios respecto principalmente a los indicadores que establecen determinados parámetros para medir el número de personas que se encuentran sin ocupación laboral. Solo como referencia, habría que señalar que las variaciones de la tasa de desempleo se obtienen mediante el procedimiento que se lo conoce con el nombre de aleatorio de la población, o sea que se divide a la población en grupos de acuerdo a su situación laboral.
Los procedimientos que se pueden aplicar en dicha medición son complicados porque tienen que tomar en cuenta el porcentaje de la población que no tiene empleo, el que busca trabajo activamente y que no han sido despedidos temporalmente y además la esperanza de ser contratados rápidamente de nuevo.

En este sentido y a estas situaciones habría que añadir realidades concretas que subsisten en nuestro país, como el empleo que busca la gente temporalmente para subsistir, el empleo precario, el informal y otros lícitos que de algún modo brindan ingresos a las personas.

Con motivo del cierre de la gestión del año 2014, se han presentado indicadores sobre el desempleo en Bolivia. El Gobierno, mediante el ministro de Trabajo, Daniel Santalla, señala que la tasa de desempleo para ese período se mantendrá en un 3.2 por ciento a nivel nacional. Este porcentaje es contrastado por el Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA) que sostiene que el desempleo en las ciudades del eje troncal del país llega a una tasa del 7.9 por ciento es decir, más del doble que señala el informe gubernamental.

La diferencia que es notable, puede estar en que el Gobierno maneja el porcentaje indicado desde el año 2012 en base a la encuesta de hogares del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) de esa misma gestión, y no con cifras recientes, que dice tener precisamente el CEDLA y que acercarían mucho más a la realidad actual. Se afirma que incluso un organismo internacional muestra que la tasa de desempleo es del 8 por ciento.

Como se puede apreciar, los porcentajes que manejan el Gobierno y organismos especializados son diametralmente diferentes. Lo importante sería salvar estas diferencias a partir del reconocimiento gubernamental respecto a los elementos que maneja y a su actualización.

La importancia de conocer porcentajes correctos, reales y verificables, sobre el número de personas que no tienen trabajo, resulta no solo importante para situarnos en la realidad, sino que es fundamental, para establecer políticas de empleo y de incentivar la creación de fuentes laborales.

Una mirada rápida en relación a los informes sobre la tasa de desempleo, daría que pensar que el porcentaje que maneja el Ministerio de Trabajo, del 3.2 por ciento , reflejaría una realidad cercana a los países altamente industrializados, lo que sería un espejismo, incluso, tomando en cuenta las variables que se anotaban y que aminoran el desempleo absoluto.

Una tasa de desempleo global se ha dicho que es uno de los indicadores utilizados para medir el bienestar económico general, pero que la dispersión del desempleo debe considerarse que es un indicador imperfecto de ese bienestar, más aún, hay que subrayar en la realidad del país, donde la informalidad laboral es una constante que deja a miles de trabajadores en lo incierto de cada día.

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