Semanario Uno • Pando, la nueva “colonia”

De ser la región más olvidada, Pando es hoy la “presa” más apetecida por el gobierno de turno que apuesta a una nueva colonización desde occidente para asegurar su victoria electoral. Otras voces señalan al narcotráfico como telón de fondo. Pobre Pando. ¿Y si el “plan de colonización” de Pando no es sólo para incidir en las elecciones de diciembre? ¿Y si lo que en realidad se busca, además de la manipulación circunstancial de las elecciones, es crear un segundo Chapare en el norte de Bolivia? El departamento de Pando tiene todas las condiciones para ser un territorio geoestratégico del narcotráfico: fronteras porosas con Perú y Brasil, tierras fértiles en las que se podrían levantar dos.

Maggy Talavera Periodista
Cosechas anuales, selvas donde esconder fábricas de cocaína… ¿Y si ese era el móvil para controlar el departamento de Pando, que llevó al derrocamiento de Leopoldo Fernández? ¿Otra vez el narcotráfico detrás de los crímenes de lesa humanidad? 4.000 familias, entre ellas muchas
reasentadas desde Chapare, ¿qué cultivarán en Pando? ¿Castaña o coca? ¿Qué es lo que saben cultivar realmente esas famiias? ¿Qué es más fácil y más rentable? El primer anuncio del Gobierno hablaba del traslado de 2.500 familias de Potosí, Oruro y La Paz a Pando. Supuestamente, en un plan de colonización para poblar tierras deshabitadas. El número casi se duplicó unos días después del primer anuncio y superó las 4.000 familias a ser trasladadas desde occidente hacia el departamento oriental. Todo ese movimiento a ser ejecutado en pocas semanas, a partir de agosto próximo, con un desembolso comprometido por el Ejecutivo de más de 23 millonesde dólares. La primer pregunta que provocó el anuncio fue, ¿por qué no invertir esa millonaria suma en el desarrollo de proyectos en las propias comunidades de esas familias del occidente,
evitando su desarraigo y sometimiento a las penurias que implica un traslado de ese tipo a tierras donde no tienen vivienda ni los servicios básicos garantizados? Evitando, además, la generación de nuevos conflictos en las zonas a ser “colonizadas” por la disputa de tierras, de beneficios económicos e incluso de privilegios políticos. El Gobierno desestimó la consulta e insistió en una versión oficial que hizo aguas a los pocos días del primer anuncio. Las dudas se sobrepusieron a las afirmaciones oficiales, contradictorias entre sí, hasta develar una de
las verdaderas intenciones del plan de “colonización” defendido por el viceministro Alejandro Almaraz y otros portavoces del partido de gobierno, el MAS. Y esa intención, entre otras, no es más que la de asegurar la victoria electoral del MAS en Pando en las elecciones generales de diciembre, lo que le garantizará sumar curules en el Senado para su control político. La intención de réditos electorales fue rechazada inicialmente de forma categórica por el Gobierno, pero terminó siendo admitida por voceros como el ministro de Autonomías, Carlos Romero.
De hecho, el MAS ya tiene trabajo avanzado al respecto, como lo confirman los datos proporcionados por el presidente de la Corte Departamental de Pando, Jorge Elías Valdés. “El padrón electoral en Pando creció en un 50 por ciento entre junio y agosto de 2008, durante los referendos de estatuto autonómico (junio) y de revocatoria de mandato popular (agosto)”, ¿Un segundo Chapare en Pando? dice Elías (La Razón, 13/07/09). El crecimiento del padrón electoral coincide con los nuevos asentamientos alentados desde junio de 2007 por el Gobierno, de familias de campesinos del occidente que ya formaron al menos cinco nuevos barrios en Cobija. Ese movimiento, sin embargo, no le bastó al Gobierno para asegurarse victorias electorales en Pando. Ambos referendos, el de junio y el de agosto, fueron ganados por el prefecto Leopoldo Fernández, opositor al Gobierno y aliado de los otros departamentos opositores (en la fecha, Santa Cruz, Tarija, Beni, Chuquisaca y Cochabamba). El revés electoral llevó al Gobierno a alentar una salida extrema: derrocó al prefecto Fernández, no sin alentar antes enfrentamientos violentos que se cobraron al menos 13 víctimas fatales y casi un millar de pandinos refugiados en Brasil hasta la fecha.
La arremetida del Gobierno no acabó en septiembre del año pasado con la detención y encarcelamiento extra judicial de Fernández en la
cárcel de Chonchocoro, en La Paz, donde permanence hasta hoy. Continuó con la imposición de un militar como intereventor en la Prefectura,
la declaratoria de estado de sitio y la persecusión de toda la dirigencia cívica y política pandina. Y sigue ahora con la ratificación de su plan
de “colonización”, que pretende ejecutar contra reloj para consolidarloantes de diciembre próximo.
El propósito inmediato no es otro que el de alterar los resultados electorales que le fueron adversos en los dos referendos ya citados, tal como
lo comprueba en las páginas siguientes la cientista política Jimena Costa. Esto le permitirá ganar el senador por Pando y acercarse al control de
la Cámara Alta, lo que le allanaría el camino para hacer aprobar por rodillo todas las leyes y proyectos que surjan desde Palacio Quemado con una sola intención, según Costa: perpetuarse en el poder. Todo esto, pensando en el impacto inmediato. A mediano plazo, el control de Pando le permitiría consolidar  a expansión de los cultivosde coca en esa región, asegurando la alimentación del circuito ilegal del tráfico de drogas, aseguran otras voces. Para muchos, éstas suenan más a especulación que a informaciones constatadas. Solo que si se consideran versiones oficiales que circulan desde hace meses, esos comentarios dejan de ser especulaciones para transformarse en evidencias. A los hechos nos remiten… “Parte de la migración que llega desde Cochabamba y La Paz al departamento de Pando se dedica a la siembra de coca ilegal en la localidad de Esmeralda, revelaron ayer el presidente de la Asociación Departamental de Productores de Coca (Adepcoca), Hernán Justo, y el senador de Podemos Roger Pinto. La denuncia la hicieron poco después que el viceministro de Tierras, Alejandro Almaraz, defendiera en una  conferencia de prensa el plan migratorio que impulsa el Gobierno y que, según informó, prevé el traslado de 2.000 familias de La Pa y Cochabamba a partir de agosto”. La información citada fue registrada por la prensa paceña el 9 de julio, tras las primeras repercusiones provocadas por el anuncio de Almaraz, que llegó a dar datos del plan oficial: las 2.000 familias (que ahora resultan ser más de 4.000 y algunos  ya hablan de 8.000) recibirían 250 mil hectáreas de territorio pandino, en las provincias Federico Román, Abuná y en la localidad de Filadelfia. El anuncio no solo fue criticado por los opositores políticos, que entrevieron afanes electorales en el anuncio oficial, sino también por organizaciones no gubernamentales como el Centro de Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla) que afirma que el Gobierno solo trasladará pobreza de occidente a oriente (ver en esta edición la pág. 5) Es importante recordar lo que entonces dijo Hernán Justo. Según el dirigente de  Productores de Coca, ya el 16 de diciembre de 2008 Adepcoca había enviado una carta al Ministerio de Gobierno denunciando la plantación de cocales en Pando. El ministro Alfredo Rada no respondió a la carta hasta la fecha. “Se está sembrando en el sector de Esmeralda (una de las zonas  donde el Gobierno pretende trasladar colonizadores) y tenemos la información de que hay coca. Nos quitan mercado y, como cultivadores ilegales, indican que están respaldados por el artículo 384 de la Constitución Política del Estado vigente”, denunció Justo. Ese  artículo señala: “El Estado protege a la coca originaria y ancestral como patrimonio cultural, recurso natural renovable de la biodiversidad de Bolivia, y como factor de cohesión social…”. Según La Razón, “El secretario general de la Federación de Campesinos Madre de Dios de Pando, Fabio Durán, informó que hace seis días, dirigentes cocaleros del Chapare se entrevistaron con él en Cobija. “Ellos vinieron a hablar con nosotros para que supuestamente podamos aceptar que venga su gente, lo cual no aceptamos”, les dijo Durán. Y ya se sabe: donde se siembra un cato de coca, el cultivo se expande sin control, generando mayor material prima para el consumo excedentario que, casualmente, es el de la producción de cocaina.

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