Página Siete • La economía del país depende todavía de las materias primas

ESTABILIDAD  La bonanza fiscal de los últimos años tiene origen en la minería y el gas natural, que cada vez tiene un mayor peso. Expertos advierten sobre los riesgos.

En la última década, las exportaciones bolivianas aumentaron de 1.200 millones de dólares a más de 6.000 millones de dólares, pero de este total, más del 80% son materias primas, según datos del Instituto Nacional de Estadística y la Comisión Económica para América Latina (Cepal).

Estos mismos datos muestran que hace cinco décadas atrás ocurría lo mismo y que alrededor de dos tercios de los ingresos fiscales de Bolivia se originaron y se originan en la explotación de sus recursos naturales, en esta última década del gas natural.

A la fecha, y según los últimos datos oficiales, la minería y la producción hidrocarburífera contribuyen con el 80% del valor de las exportaciones.

El crecimiento en la producción de gas, petróleo y minerales es el que sustenta los niveles de crecimiento económico alcanzados en la segunda mitad de esta década, que están alrededor del 5%, afirma un estudio publicado por el Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla) en el portal cedla.org.

“Bolivia mantiene su economía dependiente de materias primas, especialmente del gas, en el sector hidrocarburífero, y los minerales, situación que implica fragilidad, por la fluctuación internacional de los precios y la ausencia de un verdadero desarrollo interno del país”, agrega el documento.

Señala que, entre el 2004 y 2005 el crecimiento del sector de hidrocarburos explicó alrededor del 25% del crecimiento económico del país, y en el 2008 el crecimiento del sector minero explicó casi el 40% del crecimiento económico del país.

Advierte, sin embargo, que estas tasas de crecimiento muestran un buen desempeño macroeconómico, ya que las condiciones de vida de la población no han mejorado, debido que el ingreso y la riqueza siguen concentradas en pocas manos.

Los datos oficiales, según el análisis del Cedla, muestran que los precios de los hidrocarburos han crecido significativamente en el último periodo.

En 1998 el Estado y las regiones recibían por esta actividad 391 millones de dólares, en tanto que en el 2008 ya se recaudaba más de 2.000 millones de dólares.

Los significativos ingresos obtenidos en los últimos años en la explotación minera e hidrocarburífera, especialmente del gas, son los que también han permitido trastocar la situación fiscal del país, pasando de un déficit fiscal casi crónico, en el que los gastos públicos superaban con creces a los ingresos, a una situación de superávit fiscal, señala también la Cepal.

Los riesgos

Pero no todo parece bueno en este camino. Hay riesgos y muy serios que pueden afectar al país sin que tenga la posibilidad de defenderse. Los precios de las materias primas dependen de los mercados internacionales, por lo que Bolivia resulta en exceso dependiente de lo que pase en el mundo de la economía.

Estas organizaciones explican que la bonanza fiscal de los últimos años tiene como característica una extrema debilidad y vulnerabilidad “ante las permanentes convulsiones del mercado internacional, que hoy puede elevar los precios de los hidrocarburos y minerales y mañana, con la misma facilidad, puede hundirlos hasta el piso”.

La propuestaFrente a este panorama, otros estudios como el del Foro por la Productividad o la Economía más allá del gas, proponen cambiar el patrón económico del país, dejar de depender de las materias primas y crear un aparato productivo fuerte, diverso y competitivo. Cambiar hacia lo que se conoce como la base ancha, donde el país, sin descuidar sus recursos naturales, pueda producir y exportar también productos terminados, con alto valor agregado, aprovechando el potencial del país y generando empleos.

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