Opinión • Política energética del gobierno es contradictoria y confusa

Se reduce el rol del sector energético al de generador de excedentes. Se define a la electricidad como un recurso natural cuando se presenta en ese estado sólo como rayo.

La política energética del Gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS), definida en tres documentos marcos como la Ley de Hidrocarburos, el Plan Nacional de Desarrollo y la Constitución Política del Estado, es contradictoria y no plantea ninguna posibilidad de lograr la industrialización.

A esa conclusión llegó un estudio realizado por el Observatorio Boliviano de Industrias Extractivas del Centro para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA).

Se afirma que los documentos oficiales de política energética del MAS reducen el rol del sector energético a un simple generador de excedentes, ignorando su naturaleza, características e importancia para la economía y la calidad de vida de la población.

Se construya una propuesta de política energética que separe a los sectores de electricidad e hidrocarburos, ignora el rol de las energías renovables y la eficiencia energética y fortalece el rol primario exportador de Bolivia, se indica.

“No existe una propuesta de cumplimiento de los objetivos generales de política energética, como son la eficiencia en la oferta y uso de energía, diversificación de fuentes de energía, disminución de impactos ambientales, seguridad energética, disminución de costos y disponibilidad de energéticos para las familias de menores ingresos”, agrega.

El estudio afirma que las ambigüedades, contradicciones y confusiones existentes en la política energética del MAS, ocultan la continuidad de la política implantada por los gobiernos neoliberales, quedando en discurso aquello de la prioridad del mercado interno, la industrialización de los hidrocarburos, la ampliación de la cobertura de los servicios básicos, el cambio de la matriz energética, la soberanía, independencia y la eficiencia energética.

Confusiones

El documento recuerda que la energía puede asumir distintas formas, por ejemplo, química, mecánica, lumínica, térmica y también eléctrica. Es decir, la electricidad no es más que una de las formas que puede asumir la energía. Por lo que reducir el sector energético a la electricidad es un error conceptual y los documentos oficiales del MAS, como son la nueva Constitución, el Plan Nacional de Desarrollo y la Estrategia Boliviana de Hidrocarburos, se refieren sólo a electricidad en los subtítulos llamados “energía”.

Se agrega que los hidrocarburos también son energéticos y, por tanto, debieran ser incluidos en el acápite referido a energía. Es decir, el sector energético de la economía incluye hidrocarburos, electricidad, aprovechamiento directo de energía solar, biomasa y, en general, la producción y el consumo de todas las formas de energía.

Otra confusión destacada por la investigación es la que aparece en la página 91 del Plan Nacional de Desarrollo, cuando indica: “el sector estratégico está conformado por hidrocarburos, minería, electricidad y recursos ambientales. Tienen en común que son recursos naturales… Es decir, dice el estudio, la electricidad es un recurso natural para los autores del Plan Nacional de Desarrollo.

Recuerda que las formas en las que se puede apreciar la electricidad en forma natural son escasas, como los rayos, que son descargas eléctricas directas sobre la superficie de la tierra. “La electricidad que se consume en los hogares y en los procesos productivos se obtiene de la transformación de otras fuentes de energía, por ejemplo, radiación solar, gas natural, etc. En ese sentido implica un proceso de transformación por lo que no puede ser considerada como recurso natural”.

Excedentes

Se afirma que el Plan Nacional de Desarrollo reduce los sectores estratégicos de hidrocarburos y electricidad a generadores de excedentes.

“La generación de excedentes no puede ser el objetivo principal de la política energética. Reducir al sector energético a ese papel conlleva ignorar su rol fundamental que es la provisión sostenible de energía”, se indica.

Recuerda que entre los objetivos de una política energética están la eficiencia en la oferta de energía, eficiencia en el uso de la energía, diversificación de fuentes, disminución de impactos ambientales y seguridad energética, pero esos temas cruciales son ignorados por la Política Nacional de Desarrollo que reduce al sector al papel de “generador de excedentes”.

“La definición del rol del sector energético como simple generador de excedentes, no sólo que es un error conceptual, sino que garantiza la reproducción del patrón de producción primario exportador, específicamente en el que a energéticos se refiere. En este aspecto no existe diferencia entre la política económica del Gobierno del MAS, la propuesta en el Plan Nacional de Desarrollo y la de los gobiernos anteriores para generar los excedentes necesarios para el funcionamiento de los otros sectores y la industrialización aparece como mero enunciado.

Industrialización

Se recuerda que la industrialización de hidrocarburos, como uno de los ejes de la política energética, está repetida en varios artículos de la nueva Constitución. Por ejemplo: como fines y funciones del Estado dice “promover y garantizar el aprovechamiento responsable y planificado de los recursos naturales e impulsar su industrialización”, también la industrialización se menciona como una de las funciones del Estado en la economía, como una prioridad de las políticas económicas y como una prioridad del Estado.

Además, dice la Constitución que la industrialización de los recursos naturales no revocables de necesidad pública y utilidad pública, para superar la dependencia de la exportación de materias primas y que es competencia de los gobiernos subnacionales, departamentales y municipales, participar en las empresas que industrialicen hidrocarburos.

Para ello la Constitución crea la Empresa Boliviana de Industrialización de Hidrocarburos (EBIH), bajo tuición del ministerio del ramo y es YPFB la encargada de concretar esa política.

Al mismo tiempo, se autoriza a YPFB, en la Constitución “conformar asociaciones o sociedades de economía mixta”, para la ejecución de las actividades de exploración, explotación, refinación, industrialización, transporte y comercialización.

“Pero, la EBIH no existe aún, a pesar de que el Decreto 29511 de 9 de abril de 2008 establece 60 días para que YPFB la constituya, y el Artículo 363 de la nueva Constitución ya la incluye”, dice el estudio.

También se recuerdan varias acciones para ejecutar definidas en la política de industrialización mediante la Estrategia Boliviana de Hidrocarburos, que hasta ahora se ejecutan, por lo que se concluye que la industrialización no es el norte de la política hidrocarburífera del MAS.

Soberanía

Otro cuestionamiento que se formula es el Artículo 360 de la nueva Constitución en el que se indica que la soberanía energética será garantizada por el Estado. La investigación pregunta cuál es el concepto de soberanía energética y cual es la posibilidad real que tendría Bolivia de alcanzar esa soberanía en un contexto en el que cada vez más se depende de los energéticos importados.

Se destaca también que el Plan Nacional de Desarrollo plantea que el Estado desarrollará proyectos de generación y de transmisión ampliando la cobertura geográfica del Sistema Interconectado Nacional. Se pone como plazo el 2015 para interconectar el país y exportar electricidad a países vecinos, consolidando a Bolivia como centro energético de la región, con mayor participación del Estado en la expansión de la infraestructura eléctrica y en las exportaciones de electricidad.

Sin embargo, en la Constitución se indica que los proyectos de electrificación rural son competencia exclusiva de los gobiernos departamentales y para el caso de las autonomías indígena originario campesinas, dice que podrán ejercer la “electrificación en sistemas aislados dentro de su jurisdicción”.

Se señala también que en todo el tema de generación de energía eléctrica se observan varios problemas, como la contradicción en la elección de la fuente primera de energía para su transformación en electricidad.

Mientras que en un párrafo se menciona que también se usará la hidroelectricidad en los proyectos de exportación para diversificar las fuentes de energía y preservar el gas natural, los proyectos asociados al programa son todos termoeléctricos.

No se dice nada sobre al ampliación o construcción de ductos que serían necesarios para atender la demanda adicional de gas natural, por ejemplo, en el caso de la frontera con Brasil, o de las líneas de transmisión eléctrica que debieran construirse para exportar la electricidad si se localizan las termoeléctricas cerca de los campos de gas.

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