La Razón • El ingreso promedio subió de Bs 2 mil a Bs 12 mil, en 20 años

En dos décadas, la economía boliviana muestra signos de crecimiento; sin embargo, se mantiene la desigualdad económica, precariedad del empleo e informalidad

Svetlana Salvatierra

Una persona tenía un ingreso promedio, en un año, de 2.223 bolivianos ($us 704) en 1988. Dos décadas después, ese ingreso promedio anual creció a 12.036 bolivianos ($us 1.651), según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

En 20 años, a pesar de las crisis económicas que afectaron al país, se observa que el PIB per cápita mantuvo un crecimiento ascendente en moneda nacional, pero con altas y bajas en moneda extranjera, por efecto de la fluctuación del dólar, antes de la bolivianización aplicada con mayor fuerza en los últimos cuatro años.

El Ministerio de Economía y Planificación señala que la estabilidad macroeconómica se garantizó luego de 66 años de permanente déficit fiscal. A partir del 2006 logró un superávit fiscal sostenido de 4,5%.

También se registró un constante crecimiento del Producto Interno Bruto (PUB) de 4,8% el 2006; logrando el 2008 un récord que llegó a 6,15%.

De esta forma, el PIB per cápita (por persona) subió de 1.010 dólares registrados hace cuatro años a 1.651 dólares el 2008. Controlaron la inflación; mantuvieron el tipo de cambio estable y la bolivianización generó confianza, y se acumularon cifras históricas de las reservas internacionales netas; el 2009 cerraron en 8.580 millones de dólares.

El Centro Boliviano de Estudios Económicos (CEBEC) advierte algunas consideraciones acerca de la subida del PIB per cápita sobre los lineamientos metodológicos para su cálculo que pueden influir en la opinión o juicio de valor del comportamiento del indicador.

“El PIB per cápita se calcula como la división del PIB nominal expresado en precios corrientes entre el número de habitantes de un país. El PIB nominal se encuentra influenciado por los precios coyunturales de los distintos productos, es decir, si el precio del gas natural sube, el PIB nominal sube, y por lo tanto el PIB per cápita también sube, si los precios de los alimentos suben, el valor de la producción de alimentos sube y también el PIB nominal, consiguientemente el PIB per cápita sube. Entonces, este incremento se encuentra también influenciado por el incremento en los precios de los distintos productos”.

El director del CEBEC, David Suárez, apunta que “si el incremento del PIB per cápita en Bolivia se explica fundamentalmente por el incremento de precios, habría que ver cuál es el impacto real en el bienestar de las personas”.

Por su parte, Javier Gómez, economista y director ejecutivo del CEDLA, señala que el aumento del PIB per cápita es un indicador que “no permite ver la distribución interna del crecimiento, en otras palabras quién gana y quién pierde con ese crecimiento. Bolivia creció entre el 2006 y 2008 en un promedio de 5, 4% y el PIB per cápita subió de Bs 9.530 en el 2006 a Bs 12.036 en la gestión 2008”.

Sin embargo, recuerda que el crecimiento en el 2009 fue menor al 2008. Aunque las proyecciones son optimistas para este año, fundamentalmente por el comportamiento de los precios internacionales de las materias primas.

Advierte que la estructura económica primaria exportadora y la política pública “tiende a exacerbar este patrón, entonces más allá de alcanzar altos niveles de crecimiento económico, el escaso y precario empleo se mantendrá y los bajos ingresos y la desigualdad también permanecerán”.

Para Suárez, la recuperación de la economía y comercio mundial generan el reto de acelerar el crecimiento para aumentar la producción y atraer mayor inversión nacional y extranjera.

Empleo informal sigue en agenda

Un estudio sobre el empleo informal y su aporte al Producto Interno Bruto, con datos sobre las Encuestas de Hogares, muestra que “los informales generaron el 24,2% del PIB urbano en 1995; el 21,4% en el 2000 y 23,4% en el 2005”. La investigación de Daniel Martínez Cué, con apoyo del Centro de Apoyo Laboral (Labor), señala que los sectores informales urbanos que más aportaron fueron la construcción, transportes y almacenamiento, restaurantes y hoteles, y servicios personales; la excepción fue la manufactura en esos periodos.

“Los ingresos de los informales equivalen, en promedio, a menos de la mitad de la de los trabajadores formales. En la minería, el comercio, el transporte y la administración pública, los ingresos provenientes del trabajo son mayores que el promedio; mientras que en la agricultura, la manufactura y el servicio doméstico son más bajos”. Además, los ingresos diferenciados por sexo muestran que las mujeres perciben entre un 20 a 30% menos que los hombres.

“Es necesario que se realice alianza público-privada”
David Suárez.
Director Ejecutivo del CEBEC.

Según datos disponibles del INE, el PIB per cápita boliviano para el 2008 alcanzó a $us 1.651 por habitante, donde la tasa nominal de crecimiento superó el 20% comparado con el 2007. A pesar de que el PIB per cápita nacional se ha incremento, el país está lejos de llegar a la media de ingreso de América Latina y sólo nos encontramos por encima de Haití y Nicaragua. El PIB per cápita puede incrementarse si la cantidad de la producción aumenta; si se observa, el promedio de crecimiento de Bolivia fue de 4,5%, y teniendo en cuenta la tasa de crecimiento de la población que alcanza 2,5%, el PIB per cápita se habría incrementado en 2% cada año. Sin duda, esto es un avance, pero con esos niveles recién en 60 años podremos superar la pobreza. Se requiere en el país tasas cercanas al 8%, para que en 25 años superemos la pobreza. Si no hay producción (PIB), no hay crecimiento del PIB per cápita. Es necesario realizar alianzas público-privadas en pro de aumentar la producción para alcanzar tasas de crecimiento sostenidas.

“No permite ver cambio en la desigualdad económica”
Javier Gómez.
Director Ejecutivo del CEDLA.

El indicador no permite ver el cambio en el nivel de desigualdad económica en el país. Los últimos datos de UDAPE muestran que entre 2005 y 2007 el Índice Gini, que mide el nivel de desigualdad económica o concentración de la riqueza, varía de 0,60 a 0,56. Y que en los mismos años, el índice de pobreza se mantenía en 60% y el de extrema pobreza en casi 38%. Además, si tomamos en cuenta que el comportamiento de la tasa de desempleo equivalente se sitúa en 52%, y la tasa de desempleo se mantiene en dos dígitos, podemos asegurar que el crecimiento económico no ha incidido de manera eficaz en la situación socioeconómica del común de la gente en el país.

Bolivia es uno de los países más desiguales de la región, donde el quintil (20%) más rico se apropia del 58,5% de la masa total de ingresos, frente a 3,7% al que acceden los del otro extremo. Esta situación se relaciona con la mayor o menor calificación de los trabajadores y el sector donde se ocupan (formal o informal).

“Hay que superar las cifras de la pobreza”
Enrique García.
Presidente Empresarios La Paz.

Todo incremento es positivo. Estamos en una economía sólida, las exportaciones se han incrementado. Sin embargo, el crecimiento económico que hemos experimentado en estos últimos años es positivo, pero no es suficiente para que podamos combatir la pobreza en el país. Este es un tema pendiente que tiene el país y las cifras no son alentadoras. Hay que superar estas cifras de la pobreza, y es un aspecto que lo hemos dicho en varios foros y eventos de discusión. Es necesario enfrentar este problema para que nuestro nivel económico pueda mejorar y podamos tener una mejor calidad de vida para los bolivianos.

Este cambio depende de una articulación entre Gobierno, empresarios y trabajadores, con el objetivo de definir hasta dónde podemos llegar y en qué dirección apuntar; elaborar un plan estratégico de desarrollo para priorizar temas que permitan ir eliminando la pobreza. Tenemos que trabajar mucho para combatir la pobreza que todavía nos está perjudicando muchísimo, en busca de mejores oportunidades.

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