El Diario • Según Cedla Crecimiento del PIB en Bolivia se redujo en 3,3%

• La crisis golpea en forma persistente a la industria manufacturera, en forma transitoria a la minería, la construcción y el comercio que comienzan a mostrar señales de recuperación.

Entre junio de 2008 y junio de 2009, el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), se redujo de 6,5% a 3,2%. Con excepción de la actividad petrolera y gas natural, los diferentes sectores de la actividad económica registraron una variación positiva, sin embargo, el ritmo de expansión fue en descenso en las principales actividades productivas, según el informe del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA).

De acuerdo al documento otros rubros, como la minería (13,1%), construcción (7,8%), transporte (5,8%), comunicaciones (2,8%) y la manufactura (2,8%) perdieron el impulso de crecimiento que tuvieron hasta mediados de 2008.

Con relación a sus efectos sobre el empleo, destaca la situación de la manufactura, cuya expansión disminuyó de 4,7% a 2,9% en un solo año y, con un signo contrario, el aumento del producto agropecuario de 2,3% a 3,1%.

Este comportamiento del sector real tuvo incidencia en la contracción del crecimiento de todas las actividades no productivas (comercio, servicios financieros, sociales y otros); en este grupo solamente la actividad de servicios de la administración pública tuvo un crecimiento superior al observado en el período anterior, pasando de 2,3% a 5,5%.

La crisis golpea en forma persistente a la industria manufacturera, en forma transitoria a la minería, la construcción y el comercio que comienzan a mostrar señales de recuperación y, tiene menor impacto en los servicios, excepto los financieros, cuyo crecimiento e incidencia porcentual se reducen fuertemente por la lenta evolución de la cartera, debido a la disminución de las tasas de ganancia y de las inversiones en el escenario de crisis.

CAMBIOS EN LA DEMANDA

En el nuevo escenario de crisis, se evidencian importantes modificaciones en la demanda agregada en el país. De un año a otro, se reduce el crecimiento del consumo final de los hogares y se contraen la inversión privada nacional y extranjera.

El consumo de los hogares pasa de un crecimiento de 6,2% a sólo 3,6% y su incidencia en la demanda final disminuye de 4,3% a 2,5%; a su vez, la formación bruta de capital fijo (inversiones) –que en el 2008 creció a una tasa de 19,7%– tuvo un comportamiento negativo en el 2009 (2,2%), revirtiendo su incidencia en la demanda final de 2,6% a -0,3%.

De la misma manera, como un reflejo de lo que acontece mundialmente, se desploma el crecimiento de las exportaciones y de las importaciones; las exportaciones tuvieron una caída de 15,4%, mientras que una tendencia similar se presenta en las importaciones.

A su vez, la menor expectativa que tiene el sector productivo, en particular las grandes empresas, para continuar con su trayecto exportador influyente en el retraimiento de las inversiones y de las importaciones, sobre todo en su componente de bienes intermedios y servicios externos.

Siguiendo la composición de la demanda final en el 2009, un porcentaje cada vez mayor pasa a depender del consumo de los hogares, en un escenario de menor disponibilidad de ingresos familiares por efecto del desempleo, la incertidumbre laboral, los bajos salarios y la disminución en el flujo de remesas de los trabajadores bolivianos en el exterior.

Estas condiciones restrictivas ya no pueden ser compensadas por las transferencias corrientes del Gobierno (bonos por diversos conceptos), lo que está llevando a un rápido aumento de los inventarios –variación de existencias– a una tasa de 73% en sólo un año, es decir, a la rápida disminución de las ventas tanto en el mercado interno como externo.

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