Cambio • Bolivia apuesta por el gas y la hidroelectricidad

El cambio de la matriz energética  se realizará sobre la base del desarrollo de la industria del gas y la hidroelectricidad.

Para cambiar la matriz energética del país, atender las necesidades de energía de la población, la autosuficiencia y garantizar la seguridad energética, el Gobierno apostará en el largo plazo al gas natural y a la hidroelectricidad, según establece el Plan de Desarrollo Energético 2008-2027.

Este documento fue presentado en el seminario de la Plataforma Energética del Cedla por Susana Anaya, representante del Ministerio de Hidrocarburos y Energía y del nuevo ministro del sector, Luis Fernando Vincenti.

Después de explicar que los funcionarios del ministerio habían evaluado diferentes escenarios hacia el futuro y el uso mayor o menor de los energéticos y las potencialidades existentes en el país, la economista especialista en hidrocarburos afirmó que “la hidroelectricidad y el gas natural son los que tienen mayores ventajas, tanto por su costo, eficiencia y menores impactos socioambientales”.

Los principales objetivos de este plan son: cubrir la demanda de energía, cambio de la matriz energética, reducción de la importación de líquidos, reducción de los impactos socioambientales, desarrollar fuentes de energías renovables, sustitución de gasolina y diésel por gas natural e incremento en la cobertura de electricidad.
“El Plan de Desarrollo Energético 2008-2027 es un instrumento dinámico que está sujeto a ajustes, a continuas evaluaciones y modificaciones”, agregó.

Las metas del plan son lograr hasta el 2027, por ejemplo, un mayor consumo de gas natural del sector industrial (del actual 39,7% al 62%) y del sector residencial (del 2,8% al 32%). También se contempla la masiva generación de electricidad a partir de la hidroelectricidad, en vez de la termoelectricidad como ocurre actualmente.
La representante del Ministerio de Hidrocarburos y Energía señaló que “al final del período se espera que el gas natural cubra el 55% del consumo final de energía, se reduzca el consumo de gasolina y el diésel a niveles muy inferiores a los actuales, para reducir la dependencia de la importación de líquidos”.

Las energías renovables
Para que más de tres millones de bolivianos que no cuentan con electricidad y usan leña accedan a una fuente segura y barata de energía, es necesario construir el concepto de energía sostenible para una solución integral al problema, aseguró el experto en energías renovables, Miguel Fernández.

“El acceso a la energía marca la diferencia en la calidad de vida de la gente y mejora sus condiciones de sostenibilidad”, dijo el especialista, que también informó que en el área rural de Bolivia son tres millones de personas sin acceso a electricidad  y casi cuatro millones que usan leña.

En su disertación en el seminario de la Plataforma Energética del Cedla, Fernández dijo que en Bolivia “los pobres proporcionalmente pagan más por servicios de energía de baja calidad”.

Los que no tienen acceso a la energía son familias rurales pobres, en comunidades dispersas y pequeñas, con bajas posibilidades de acceso a energía moderna y bajos ingresos.

El país, bajo la dependencia del extractivismo
La dependencia de la renta proveniente de las industrias extractivas (minería e hidrocarburos) en Bolivia no ha permitido la modificación del patrón de desarrollo primario exportador, ha señalado el director ejecutivo del Cedla, Javier Gómez, en el cierre del evento Crisis económica y políticas energéticas.

Explicó que en el contexto de la actual crisis económica internacional, esta dependencia de las industrias extractivas podría incrementarse por las políticas gubernamentales que no plantean una orientación distinta a los períodos anteriores, y por una mayor presión por captar renta monopólica por parte de las empresas transnacionales en los sectores extractivos ligados a la generación de energía.

La mayor participación de la renta en los hidrocarburos y el aumento de los precios internacionales del petróleo durante los últimos 4 años no sirvieron para reorientar la inversión pública hacia el sector productivo con miras a su transformación. “Por ejemplo, durante los últimos años, la inversión pública en hidrocarburos se ha reducido respecto de la existente en 1997 hacia delante, período en el que se implementó la capitalización y en el que, como sabemos, se redujo significativamente con relación a la primera parte de la década del 90, en la que el Estado tenía mayor control y participación en el sector”, indicó el director del Cedla.

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