Rimaypampa • Huanuni: ¿Minería estatal en crisis?

En el primer semestre de esta gestión las cotizaciones internacionales de minerales han registrado una escalada de precios que generan expectativas favorables para nuestra minería; empero, este escenario de “nueva bonanza minera” también sirve para encubrir la deficiencia administrativa, particularmente, de la minería estatal regentada por la Corporación Minera de Bolivia (COMIBOL).

El escenario negativo que vive la minería estatal de nuestro país es la consecuencia de una constante improvisación en las acciones gubernamentales que, lejos de fortificarla, solo logró beneficiar al capital privado extranjero y al sector cooperativo, particularmente al sector aurífero que a 2020 domina el 94% de la explotación nacional de oro.

Esta improvisación e incoherencia entre discurso y praxis exhibe hoy, como resultado, una sostenida debacle en los niveles de producción y exportación de la minería estatal, hecho que ratifica la condición primaria de nuestra minería.

En estos últimos 15 años, en los discursos de las autoridades de turno siempre se aseguró, de manera reiterativa, que la prioridad del gobierno del Movimiento al Socialismo (MAS) era la minería estatal; sin embargo, los hechos concretos demuestran todo lo contrario, considerando que a 2020, la participación de la minería estatal en la producción apenas alcanzó al 4% y en valor al 6%.

Si bien la crisis en el sector minero no llegó con la pandemia de COVID-19, el impacto de la pandemia empeoró la situación de este sector en el país. Como ejemplo, en la gestión 2020 la producción estatal minera registró una caída del 42% en su valor de producción, que apenas alcanzó a $us 2.621 millones, cifra menor a los $us 4.495 millones logrados en 2019. Esta caída provocará un efecto negativo en las arcas de gobernaciones y municipios productores en la presente gestión, debido a que parte de sus ingresos dependen de la minería.

En este contexto, y ante una eventual coyuntura de buenos precios, urge identificar los factores adversos por los que viene atravesando la COMIBOL y sus operaciones mineras –que a 2020 todas arrojan pérdidas– pretendiendo que, en este nuevo ciclo, la minería estatal sea la actora principal con beneficio directo para el país.

En esta escalada de precios uno de los minerales más beneficiados es el estaño, que en día pasados sobrepasó los $us 16 la Libra Fina (LF), impulsado por la fabricación de artefactos electrónicos que ha agotado las existencias físicas de la materia prima en el mercado. Esta es una clara oportunidad para nuestra minería estatal porque tenemos la ventaja de las minas y la fundición que permite generar un valor agregado, aunque sea mínimo.

Empero, los escollos en Huanuni, Colquiri y Vinto no permiten hasta el momento que la actual coyuntura de precios se constituya en una oportunidad para superar sus crisis administrativas y técnicas.

En esta oportunidad, me detendré en la situación de la Empresa Minera Huanuni (EMH). Según datos de la COMIBOL a 2005, las reservas de la EMH llegaban a 1.454.888 toneladas con % de estaño 4,46  que significan 64.912,8 Toneladas Métricas Finas de estaño, lo que daba una vida limitada a este yacimiento hasta finales de la década pasada, a un ritmo de tratamiento de 1.000 toneladas por día (TPD).

Hoy no se tiene información oficial sobre las reservas y la vida útil del cerro Posokoni. Por esta falta de transparencia surgen dudas, la más importante ¿habrá reservas para mantener el ritmo de tratamiento de los ingenios de Santa Elena y Machacamarca (1.400 TPD), más Lucianita (3.000 TPD), que fue entregado en 2015, que hacen una suma en capacidad de tratamiento de 4.400 TPD? Además de la carencia de agua (30.000 m3/día) para el funcionamiento del nuevo ingenio y el dique de colas.

Las reservas de Huanuni son un misterio; cada gerente de la EMH y presidente de la COMIBOL de turno dan versiones diferentes. Por ejemplo, en 2008 se anunció que, al ritmo de explotación de 800 TPD, el yacimiento podía durar hasta 18 años; sin embargo, a un ritmo de explotación de 3.000 TPD la vida útil del yacimiento se reduciría a 5 años.

Poco es lo que se conoce sobre los trabajos de geología para ampliar la reservas en la EMH. La última información a la que se pudo acceder indica que se está evaluando en profundidad el potencial del sector de complejos, en base a los taladros de diamantina, para que posteriormente se pueda encarar el recorte de integración el cuadro en el sector de Bonanza; además de las labores de prospección y exploración del sector Posokoni, Cuchillani y otros, que resultaría un alivio par la empresa, permitiendo diversificarse con la explotación de minerales complejos de plomo, plata y zinc.

A casi 15 años de su reversión, nos encontramos con una empresa Huanuni disminuida, que carece desde recursos económicos, humanos y técnicos, hasta recursos naturales (reservas mineralógicas y agua) para operar el nuevo ingenio “Lucianita”, y de esta forma hacer realidad el Huanuni ideal prometido el 2006 por el gobierno del MAS.

A 2011, Huanuni tenía una capacidad de tratamiento de 1.200 TPD de minerales de estaño en el Ingenio Santa Elena y 200 TPD en el Ingenio Machacamarca. Este escenario se favoreció por el buen precio internacional del estaño que registró un promedio anual de $us 11,9 LF; en esa gestión la empresa logró una producción de 9.683 toneladas métricas finas (TMF). Con el transcurrir de los años, ese escenario empeoró; el año 2019 Huanuni produjo 7.073 TMF y en 2020 la producción se redujo a 5.469 TMF.

El panorama para Huanuni se complicó a partir de 2012 cuando la cotización internacional cayó, registrando un promedio anual de 9,49 dólares la LF; en esa oportunidad, el ministro de Minería de turno, Mario Virreira, anunció la quiebra de la EMH, asegurando que se debía a los elevados costos que tenía la empresa, escenario agravado por la falta de equipos, la mala administración, mayor robo de minerales, que derivaron en que la empresa Huanuni pierda su competitividad en relación con otros emprendimientos mineros del país.

La inestabilidad administrativa incidió de manera considerable en la salud organizacional de la empresa, ya que no se dio seguimiento y continuidad a los diferentes proyectos. Desde el momento de su reversión, en octubre de 2006, la inestabilidad de los gerentes generales de la EMH fue una constante; entre 2006 y 2019, más de 12 gerentes generales pasaron por la dirección de la empresa, quienes, por diferentes razones, renunciaron o fueron apartados del cargo.

Otro factor que debe ser analizado es la estructura organizacional del Directorio de la EMH, puesto que el Decreto Supremo 145, de mayo de 2009, establece que el presidente de esta instancia sea el ministro de Minería y Metalurgia o su representante, provocando que se supriman instancias de regulación como la Gerencia General de Huanuni, incluso, la Presidencia Ejecutiva y el Directorio de la COMIBOL.

Según datos obtenidosen el Ministerio de Minería y Metalurgia, y que fueron consultados con exautoridades de la EMH, el costo de operación por tonelada producida se incrementó en 32%, de $us 5.879,36 MM, según el promedio de 2008, a $us 7.917,38 MM, el promedio de la gestión 2014. Para la pasada gestión se estima que estos costos subieron aún más.

Las causas para este incremento en los costos de operación se deberían a dos factores, el primero a la caída de la cotización y el segundo a la cantidad de trabajadores en Huanuni, que aún repercute de forma negativa en los costos laborales, según lo señalado por las exautoridades de la empresa. A estas causas, hay que sumar el incremento en el precio de insumos y reactivos necesarios para sostener la operación minera, por ejemplo, la dinamita, cuyo precio se incrementó considerablemente en los últimos años.

La firma Fitch Solutions pronostica que la demanda de estaño en el mundo registrará un alza entre 2021 y 2029, de ser cierta esta proyección, las oportunidades están dadas para que Huanuni proyecte sus acciones necesarias para superar sus problemas técnicos y económicos y le permita jugar un rol estratégico, junto a Vinto, en este escenario favorable.

No debemos olvidar de que la viabilidad del Horno Ausmelt de Vinto que tenía previsto llegar a una producción de 18.000 TMF/Año –según sus proyecciones–, está sujeto a lo que suceda con Colquiri y Huanuni.

Alfredo Zaconeta es investigador del CEDLA