Hoy no lloro por ti, Argentina

   HABLANDO DE ENERGÍA

Carlos Miranda Pacheco

viernes, 27 de febrero de 2015

Hoy no lloro por ti, Argentina  Hablando de energía. Carlos Miranda Pacheco Hoy no lloro por ti, Argentina; al contrario, estoy muy feliz y contento por las noticias de la planta termonuclear Atucha II que, con una capacidad de 754 megawats y operando al 100% de eficiencia, ha sido incorporada al sistema eléctrico argentino.  Es una gran y buena noticia. 

Muchos que quieren y admiran Argentina deben compartir esta alegría que me invade.  Esos muchos más son generaciones de bolivianos que han sobrevivido a la invasión de la subcultura del blue jean y que se han formado con la luz proveniente de Buenos Aires.

Primero con revistas, comenzando con Billiken para nuestros años de escuela primaria, hasta Rico Tipo, de Divito, para nuestros años mozos. Mientras tanto, veíamos cómo nuestras hermanas y madres se deleitaban con la revista Para Ti.

Todos estábamos pendientes del clásico Boca – River. Ahora, la prensa deportiva llama a las jugadoras del  equipo femenino argentino de hockey, Leonas. Inmediatamente, retornaron a nuestra memoria imágenes de las Leonas de Divito en Rico Tipo, mujeres con una silueta como un ocho: muy apretada la cintura, cabelleras abundantes, ojos soñadores y sonrisas cautivadoras.

En nuestros estudios profesionales, constantemente nos referíamos a literatura impresa en Buenos Aires. Con gran satisfacción, en diferentes partes del mundo, oíamos citar a Atucha I como una planta termonuclear ejemplo de rendimiento y de seguridad.  Atucha es un nombre energético que nos ha acompañado siempre, como si fuera nuestro.

La reciente inauguración de Atucha II, por parte la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, fue motivo de un largo, emocionado y fervoroso discurso, con toques demagógicos maestros, mostrando su larga experiencia en las luchas por el poder.

Naturalmente, el discurso era una orgullosa exposición política del trabajo realizado para reactivar la energía nuclear en  Argentina.

Como un gran logro, se hacía notar que la operación de Atucha II significaba un ahorro de 400 millones de dólares anuales en  energía importada. Es una cifra importante, pero el efecto trascendental es que el funcionamiento de Atucha II puede ser el inicio para desgasificar el consumo de la energía en   Argentina.

Los que por años seguimos la figura energética argentina, veíamos con preocupación que el suministro energético dependía cada vez más del gas natural. Actualmente, representa más del 55% de la energía que consume ese país, casi 2 TCF por año. Para el futuro se requerían volúmenes difíciles de lograr con producción de la zona.

Prudentemente no hizo notar que desde hace 10 años las reservas argentinas de gas están disminuyendo, atribuyéndose este efecto a la política de la llamada "Era Kirchner” (Néstor y Cristina). Lo que sí, justificadamente, la señora Kirchner podría haber indicado que el funcionamiento de Atucha II equivale a descubrir un importante campo gasífero en su territorio. 

La señora Kirchner informó que Atucha II fue construida totalmente con personal argentino, con un 73% de equipos y materiales nacionales, y que se está repatriando a miles de técnicos argentinos para revitalizar la industria.

El objetivo sería convertir a la Argentina en un centro de desarrollo nuclear. La gran novedad es que se indicó que ya se está desarrollando el reactor nuclear Carem, de pequeña producción energética para zonas con consumos eléctricos menores.

Concurrentemente con las declaraciones de la señora Presidenta, siete prestigiosos profesionales, exsecretarios de energía argentinos, hicieron conocer que el presupuesto argentino asigna  11.000 millones de dólares para plantas termonucleares. Por convenios celebrados con China, el Ejecutivo está  autorizado a usar estos fondos discrecionalmente, sin llamar a propuestas. Los exsecretarios consideran  que ese procedimiento representa "una peligrosa anomalía”.

Parecería que no estamos aprendiendo la lección de las amargas experiencias en Petrobrás. Ojalá no sea así porque: no queremos volver a llorar por ti,  Argentina.

Carlos Miranda Pacheco es ingeniero y analista energético

http://www.paginasiete.bo/opinion/2015/2/27/lloro-argentina-48513.html

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